El vaginal, desarrollado en Chile, se lanzará a la conquista de África para prevenir los embarazos no deseados en el primer año posterior al parto, cuando muchas piensan que no pueden quedarse embarazadas.
El , con una eficacia de tres meses, pretende ser una alternativa eficaz a las inyecciones, y óvulos de progesterona en este continente.
La demógrafa glosó sus ventajas: “Es fácil de recordar, no tiene impacto en la libido, permite un uso a y muy pocos lo notan”.
Su uso, al margen de la aprobación final por las autoridades sanitarias de los países africanos, dependerá en gran medida de su aceptación en la sociedad de estas naciones.
“No sabemos si será aceptado por sus compañeros, ni lo que dirán los líderes religiosos y de las comunidades”, apuntó.
Ramarao se mostró esperanzada de que el anillo encuentre un hueco en el mercado africano de anticonceptivos, donde también se está extendiendo el uso de inyectables y el condón femenino.
El aro se está probando en Kenia, Senegal y Nigeria, país éste último donde la implantación de medidas deplanificación familiar es crítica para atajar su elevada tasa de crecimiento.
“Los políticos e inversores dicen que estamos en una buena posición para lograr estudios que avalen su aceptación”, añadió.
En África, unos 50 millones de mujeres carecen de a métodos contraceptivos modernos.
La conferencia internacional, el foro más importante celebrado sobre este asunto hasta la fecha, reunirá esta semana a más de 3.000 personas -entre dirigentes políticos, expertos y activistas- en la capital etíope.
Agencias