El demócrata Bill de Blasio prestó juramente el miércoles como nuevo alcalde de Nueva York ante el expresidente estadounidense Bill Clinton, prometiendo terminar con la «historia de las dos ciudades», de ricos y pobres, que divide a la Gran Manzana.
De Blasio, de 52 años, fue electo en noviembre pasado con una aplastante mayoría del 73,3% de los votos para llevar a cabo un cambio radical que ataque las enormes y crecientes desigualdades en Nueva York tras los doce años de mandato del multimillonario Michael Bloomberg, señaló AFP.
«Cuando dije que quería terminar con la historia de las dos ciudades lo decía en serio. Y lo haremos. Voy a honrar la fe y confianza que han depositado en mí», dijo De Blasio en una ceremonia en la sede de la alcaldía ante más de mil invitados.
Bill Clinton, para quien el nuevo alcalde trabajó en el Departamento de Vivienda, manifestó su «apoyo al eje de la campaña de Bill de Blasio por una ciudad de oportunidades compartidas, prosperidad compartida y responsabilidades compartidas».
Entre los presentes se encontraba también Hillary Clinton, esposa del expresidente y exsecretaria de Estado, de quien el nuevo alcalde fue director de campaña cuando fue candidata al Senado en 2000.
De Blasio juró primero pasada medianoche en su casa de Park Slope, en Brookyln (sureste), en una simple ceremonia en la que estuvo acompañado de su mujer Chirlane, una afroamericana exlesbiana seis años mayor que él, y sus dos hijos adolescentes (Chiara, de 19 años, y Dante, de 16).
Primer demócrata electo al máximo cargo ejecutivo de Nueva York en 20 años, su llegada al poder genera esperanzas sobre todo en las comunidades hispana y negra de la ciudad (28,6% y 25,5% de los 8,33 millones de neoyorquinos, respectivamente), que esperan que reduzca la creciente brecha entre ricos y pobres.
Si bien es una de las ciudades con más multimillonarios en el mundo, el 21% de la población de Nueva York vive bajo el umbral de la pobreza (30.944 dólares anuales para una familia de cuatro integrantes, según el índice de la alcaldía).
Como un símbolo de su proyecto, De Blasio prestó juramento sobre una Biblia que perteneció al expresidente Franklin Delano Roosevelt (1882-1945), el artesano del «New Deal» de políticas públicas lanzado para luchar contra los efectos de la Gran Depresión a principios de la década de 1930.
Entre las principales propuestas de De Blasio para resolver las desigualdades se encuentran aumentar los impuestos a los neoyorquinos que ganan más de 500.000 anuales para financiar el jardín de infantes a partir de los 4 años, la construcción de 200.000 viviendas sociales y el mantenimiento de los hospitales barriales.
Multiculturalismo y un equipo experimentado para renovar la ciudad
Imagen del cambio, La familia del nuevo alcalde encarna el multiculturalismo de la ciudad más cosmopolita del mundo, algo de lo que los neoyorquinos siempre se han sentido orgullosos y que De Blasio ha utilizado como herramienta política.
La visión de una administración «progresista» que no deje a «ningún neoyorquino» al margen fue el eje del discurso de asunción de De Blasio el miércoles.
Para llevar adelante sus objetivos, el flamente alcalde decidió rodearse de un equipo con gran experiencia en la administración pública, con una media de unos 60 años para los puestos más importantes.
En el cargo clave de jefe de policía nombró al internacionalmente respetado «supercop» Bill Bratton, de 66 años, la única persona que ha dirigido a la policía de Nueva York y de Los Angeles.
Bratton, que fue una figura clave en la imposición de la «tolerancia cero» en la Gran Manzana en los años 90, cuando la ciudad estaba asolada por el crimen, tendrá como uno de sus grandes desafíos cambiar la controvertida práctica de controles y cacheos espontáneos callejeros de la policía, que afecta sobre todo a negros y latinos y ha sido denunciada como racista.
Para otro cargo clave -el de comisionada en educación, a cargo del sistema escolar público más grande del país- De Blasio designó a Carmen Fariña, una reconocida experta de 70 años que se había jubilado en 2006 y de la que se espera una profunda reforma que permita integrar mejor a las clases más populares desde una temprana edad.
Antes de llegar a la alcaldía, De Blasio fue defensor del pueblo de la ciudad (2010-2013) y concejal municipal de Brooklyn (2002-2009).
De joven fue admirador de la revolución lanzada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional nicaragüense que derrocó al dictador Anastasio Somoza, y en 1998, con 26 años, viajó incluso al país centroamericano para ayudar a distribuir alimentos y medicinas en medio de la lucha con la «Contra» financiada por el gobierno estadounidense de Ronald Reagan.
Agencias