Salto a la cancha periodística nuevamente, pidiendo tiempo a la cuarentena, para opinar sobre la reactivación de los torneos de fútbol en varios países parafraseando el famoso verso: «El fútbol y el interés, fueron a la cancha un día, pudo más el interés, que mantenerse con vida». Tarjeta «Roja» a esta medida.
Es mi opinión. La vida debe estar por encima de la economía{ También lo dijo en días pasados el expresidente de Uruguay «Pepe» Mujica, «La economía se recupera, la muerte no». De puro «Perogrullo».
El bolsillo – o la cartera- tienen características diferentes, dependiendo en el equipo donde tu juegas: Si alíneas en el «team» de los que están acostumbrado a tener mucho dinero, el bolsillo acusa la falta, sufre. Los que no lo tenemos el dinero con frecuencia, sobrellevamos mejor la vaina, nos ajustamos mejor el pantalón. «He allí el detalle» , como diría el «genio del humor Mario Moreno » Cantinflas». Los dueños o accionistas de los clubes son más «sensibles» a la ausencia del «vil dinero». No escuchar el delicioso sonido de la caja registradora los enferma, y no precisamente del «Corona Virus»
El agruparse 22 jugadores + 4 árbitros en un rectángulo máximo de 90 x 120 según la FIFA -el Vaticano del Fútbol- que pueda variar hasta el mínimo de 45 x 90 y que no haya contacto, es más difícil que convencer al presidente de EE UU, Donald Trump, que no tiene razón en la forma como ha manejado la «Pandemia». De TRUMpezón a TRUMpezon.
Imagínense amigos lectores, a los dos equipos con tapabocas, cómo harán al momento de protestar. Cómo evitarán el contacto en una pelota dividida. El festejo del gol, por más bonita o decisiva que sea la anotación, será un simple saludo, «de verga» eso va «contra natura. En el cambio de jugadores, si el técnico envía un cambio de táctica con el que ingresa,cómo hará para transmitir el mensaje, será con el método Braille. Las barreras serán un colador ya que los jugadores deben estar separados como se exige, Messi, Ronaldo El Cristiano,etc. se cansarán de hacer goles. Al concluir el partido nada de saludar al árbitro y militarmente, en fila y con la distancia exigida a los camerinos. Todos a realizarse los exámenes requeridos, porsia.
Mientras que en las tribunas, si hay gol o goles, tu grito debe ser a circuito cerrado, es decir con tapabocas y sin el abrazo correspondiente y solidario con el más cercano fan, que debe de estar a 5 pasos de distancia. Si se da una goleada el fanático terminará cansado. Esa vaina no es fútbol, es como bailar con la hermana. Si el juez del partido le aplica una al equipo de tus amores, no podrás recordarle a su progenitora como se merece según tú… y mandan los cánones.Y el tercer tiempo con las»propias» en la parte baja o fuera del estadio. O tenerte que tragar la arrecchera, porque no le puedes decir cuatro vergas al D.T del club de tus amores por el cambio de jugadores que no funcionó. Es decir, todas aquellas prerrogativas que se permiten al cancelar tu entrada. Perdónenme, pero eso no es fútbol. No es la fiesta que ese deporte nos depara. Imagínenese llevar todas esas arrecheras reprimdas a la casa de cada uno, en tiempos de cuarentena. El mollejero va a ser grande.
La Pandemia ha permitido a aquellos que no veían darse cuenta que nuestras sociedades no eran el paraiso que nos vendian los medios de comunicación, aquellos «sicarios de la Comunicación» que mataban diariamente lo «real», para vendernos la realidad. La «gripecita», al fin y al cabo ha sincerado la verdadera relación entre los que dominan el mundo -y la mayoría de las veces no aparecen, ni en la revista Forbes- y los dominados. Tomo y obligo.
El fútbol -esa maquinaria de producir dinero- no puede detenerse, porque unos señores- y porque no señoras- que tienen dinero, no pueden esperar un poco más para comenzar el balompié – valedero esto para todos los deportes de conjunto en donde el roce es inevitable- y que llevan miles de personas a las tribunas, frente a la T.V.,las redes sociales y todos los otros medios de comunicación. Que suene «La Caja Registradora», es la orden. «El Cielo puede esperar», como dice el título de una película. La billetera no, Como amante del fútbo,l no quiero que lo mate la Pandemia. Imagínense un contagio colectivo y esto cause la muerte de cientos de jugadores. La famosa gallina ya no funcionará. Ojalá el remedio no sea peor que la enfermedad. Terminó el partido.
Roger Perozo Reyes