
La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) confirmó la detención de 52 personas, 47 de ellas de origen extranjero, por su presunta participación en una sofisticada red de lavado de dinero asociada a la organización criminal transnacional Tren de Aragua.
Según informó el fiscal general de la nación, Ángel Valencia, los arrestos se realizaron tras un amplio operativo en la Región Metropolitana y otras seis regiones del país: Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Valparaíso, O’Higgins y Biobío. La investigación reveló que los implicados lograron extraer de Chile más de 13,5 millones de dólares provenientes de actividades ilícitas como secuestros, sicariato, extorsión, narcotráfico y trata de personas.
“Al crimen organizado se le combate no solo con detenciones, sino quitándole el dinero, desarticulando su estructura financiera”, sostuvo Valencia en una rueda de prensa.
La red utilizaba sociedades falsas, cuentas bancarias ficticias, transacciones en criptomonedas y otros mecanismos para movilizar el dinero de origen delictivo. Posteriormente, los fondos eran enviados a países como Venezuela, Colombia, Estados Unidos, Paraguay, México, España y Argentina.
El fiscal recalcó que la clave de esta operación criminal era la red financiera, más que los individuos que la ejecutaban:
“Quienes delinquen para estas redes son reemplazables. Lo que no se reemplaza es el dinero, el patrimonio y las rutas para sacarlo del país”.
El Tren de Aragua, organización nacida en cárceles venezolanas, ha expandido sus operaciones por Colombia, Perú, Bolivia y Chile, aprovechando flujos migratorios y el control ilegal de pasos fronterizos.
Valencia destacó que el esquema de lavado logró evadir los sistemas de detección de operaciones sospechosas tanto en el sector público como privado, lo que, a su juicio, deja en evidencia la urgencia de reforzar los mecanismos de control financiero y la cooperación internacional.
Con esta operación, las autoridades chilenas envían un mensaje contundente: desarticular al crimen organizado no solo implica capturas, sino cortar su principal motor: el dinero.
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