El delincuente fue grabado por las cámaras de seguridad del establecimiento comercial. Contaron familiares que la víctima salió, en la mañana de su casa, ubicada en el barrio Guaicaipuro, a cobrar un cheque.
“Al señor lo venía correteando el choro, que es un chamito, pero lo único que le dio chance de hacer fue de lanzar la plata para dentro de la farmacia; pero antes de meterse al local el tipo le disparó y murió dentro de la farmacia”, narró José Rondón, comerciante del sector la Curva de Molina.
Rondón hacía referencia a lo que le había sucedido a Adolfo Segundo Hormarza, de 51 años, asesinado, ayer, tras negarse a entregar la plata que había sacado de un banco.
El crimen se registró, a las 9:00 de la mañana, en la farmacia La Venezolana, en plena Curva de Molina, y según detallaron los testigos, el hampón intentó quitarle 16 mil bolívares a Hormarza, quien al darse cuenta del arma de fuego intentó resguardarse en el establecimiento comercial, pero fue seguido por el delincuente, que le disparó luego que Hormarza lanzó el dinero. “Nosotros no vimos que el delincuente se llevara la plata”, prosiguió el testigo.
La esposa de la víctima, Mercedes Villalobos, llegó a los pocos minutos al lugar y, en medio de sollozos, contó que su pariente salió en la mañana de su residencia, ubicada en el barrio Guaicaipuro, a cobrar un cheque en una entidad bancaria, de La Limpia.
“Creemos que cobró el cheque y no quiso entregar la plata, pero no sabemos nada preciso”, dijo.
Hasta la farmacia se acercaron varios familiares de Hormarza y se abstuvieron de ofrecer declaraciones.
El homicida fue grabado por las cámaras de seguridad del establecimiento comercial y es un joven moreno, quien luego que propinarle el disparo a Hormarza corrió y se metió entre los tarantines de comerciantes y se escapó por los fondos de una pequeña joyería, situada a 150 metros de la farmacia.
Hormarza dejó un hijo y trabajaba en una confitería en El Marite.
A pocos metros del sitio del suceso están varios puestos de distintos cuerpos de seguridad, que se encargaron de resguardar la escena del crimen. Sin embargo, los mismos comerciantes y transeúntes insistieron que el crimen se perpetró en las narices de los funcionarios. “Sabemos que este sector es muy grande y hay mucha gente, pero no es posible que en la esquina hay un puesto y no lograran siquiera detener al delincuente ese”, señaló, indignada, Martha Cárdenas, comerciante.
La comisión de homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) llegó al sitio a recabar las evidencias e indagar sobre lo sucedido. El móvil que se maneja es resistencia al robo.
Vía Panorama
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