
Un caso catalogado por los medios brasileños como uno de los crímenes más impactantes de los últimos años ha salido a la luz en São Paulo. Ana María de Jesús (52) y su hija, Larissa de Jesús Castilho (21), perdieron la vida tras ingerir un trozo de pastel de cumpleaños que estaba envenenado con un insecticida.
Según la Policía de Brasil, lo que parecía ser un gesto de cortesía de allegados se transformó en una tragedia que, se presume, estaría motivada por una deuda económica que las mujeres mantenían.
Aunque el suceso ocurrió en junio, las autoridades mantuvieron el caso bajo estricta reserva hasta octubre, cuando los resultados forenses confirmaron la presencia de una sustancia tóxica en la torta.
De acuerdo con el informe de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de São Paulo, un familiar llevó a la casa de Ana María una porción del pastel sobrante de una fiesta de cumpleaños celebrada el día anterior.
La secuencia de la tragedia fue devastadora:
Ana María de Jesús comenzó a sentirse débil y mal cuarenta minutos después de comer el pastel y fue hospitalizada de urgencia.
Horas después, su hija Larissa de Jesús Castilho regresó a su vivienda tras visitar a su madre y comió el resto del postre sin sospechar nada.
Solo veinte minutos más tarde, Larissa comenzó a convulsionar y falleció antes de que los paramédicos pudieran reanimarla.
El caso ha conmocionado a Brasil, poniendo de manifiesto un presunto crimen premeditado disfrazado de obsequio familiar.
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