
En una sentencia que reafirma la política de tolerancia cero ante los delitos de odio en Estados Unidos, Ana Hernández, una residente de Chicago de 70 años, ha sido condenada a casi tres años de cárcel. La pena responde a un ataque deliberado con explosivos caseros contra la vivienda de sus vecinos, motivado por el origen nacional de las víctimas.
Un ataque con trasfondo discriminatorio
Los hechos, que se remontan a marzo del año pasado, alcanzaron su punto crítico cuando Hernández lanzó una bomba molotov contra el porche trasero de la residencia vecina. El artefacto provocó un incendio en la estructura de madera que, afortunadamente, fue controlado sin dejar heridos, según confirmaron fuentes judiciales a ABC7 Chicago.
La investigación federal reveló que el objetivo de Hernández era forzar la salida de una familia de origen venezolano del vecindario a través de la intimidación y la violencia.
La evidencia: Una nota de advertencia
Como parte de las pruebas presentadas por la Fiscalía de Estados Unidos, se incluyó un mensaje manuscrito que la acusada dejó en el vehículo del propietario del inmueble. El contenido de la misiva dejó clara la intención detrás del atentado:
«No te queremos en el barrio. Regresa a tu país. Puedes ir por el camino fácil o por el difícil», rezaba el texto que Hernández admitió haber escrito.
Justicia federal frente a delitos de odio
Al confirmarse que el ataque fue motivado por el origen nacional de los afectados, el caso fue procesado bajo jurisdicción federal. Las autoridades subrayaron que el uso de la fuerza para expulsar a residentes basándose en prejuicios raciales o nacionales constituye una violación grave a las leyes civiles y penales del país.
Tras declararse culpable de un cargo federal por delito de odio, Hernández comenzará a cumplir su condena de forma inmediata, enviando un mensaje disuasorio sobre las consecuencias de los actos de intolerancia en las comunidades locales.
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