“Cheíto”, como es conocido el antisocial, atacó a golpe y luego degolló, junto a Danny Meleán, a Luis Alberto González y a su esposa María Eugenia Ipuana, así como a su bebé de 10 meses, Luis Saúl.
Una fuente policial aseguró que Soto decidió ponerse a la orden de las autoridades, por temor a ser linchado por la comunidad. Se le incautó la carretilla y una bomba sumergible de agua, que eran propiedad de Luis González y habían sido robadas.
Trascendió que al pequeño Luis Saúl lo asesinaron, pues no dejaba de llorar durante el robo y tenían temor de que fueran descubiertos por los vecinos.
Las investigaciones del Cicpc se inclinan hacia el móvil del robo, pues el par de hampones necesitaban dinero para comprar drogas. Se conoció que, la mujer que les vendía los estupefacientes, también fue aprehendida.
La familia González Ipuana tenía pocos meses viviendo en el poblado de Barranquitas, donde cuidaban la hacienda Santa Ana; también vendían queso en su humilde vivienda. Sus cadáveres fueron trasladados al departamento de La Guajira, Colombia, de donde eran originarios.
La Fiscalía 41ª le imputó a Danny Meleán el delito de “homicidio calificado por motivos fútiles e innobles en la ejecución de un robo agravado”; mientras que el Tribunal 1º de Control del Zulia le dio privativa de libertad en el Centro Penitenciario Sargento David Viloria, en Uribana, estado Lara.