
En un nuevo y violento episodio que subraya la crisis de seguridad, un tiroteo masivo en Sudáfrica cobró la vida de diez personas e hirió a otras diez en Bekkersdal, un municipio empobrecido cercano a Johannesburgo.
El ataque ocurrió la madrugada del domingo, cuando desconocidos armados abrieron fuego indiscriminadamente contra personas que se encontraban en las calles, cerca de una taberna informal que funcionaba como punto de encuentro comunitario. La policía confirmó que las víctimas fueron atacadas sin distinción, generando caos y pánico entre los residentes.
El portavoz policial, Brenda Muridili, explicó que la brutalidad del ataque ocurrió en un establecimiento que vendía alcohol ilegalmente, escenario que preocupa a los investigadores por su similitud con incidentes previos.
Impacto y contexto de la violencia
Los diez heridos fueron trasladados de urgencia a hospitales cercanos. Reportes médicos indican que varios permanecen en estado crítico, mientras la incertidumbre y la angustia se apoderan de los familiares.
Este trágico suceso ocurre solo semanas después de otro ataque de gran magnitud en Pretoria, donde doce personas, incluyendo un niño de tres años, fueron asesinadas por hombres armados. El tiroteo en Bekkersdal se convierte en el segundo ataque de esta índole en un mes, elevando la presión sobre las instituciones de seguridad pública.
Sudáfrica continúa enfrentando una de las tasas de homicidios más altas del mundo. Analistas y expertos señalan que la recurrente violencia armada es un reflejo de problemas estructurales, la falta de control estatal y la precariedad económica que afecta a zonas como Bekkersdal, situada a cuarenta kilómetros de las minas de oro de Johannesburgo.
Investigación y denuncia comunitaria
Testigos describieron escenas de pánico y la desesperación de familias buscando refugio mientras ambulancias y patrullas intentaban tomar el control de la situación.
Vecinos de la zona han denunciado la falta de patrullaje policial, argumentando que facilita la acción de grupos armados. Organizaciones sociales exigen mayor inversión en seguridad y la implementación de programas de prevención en áreas vulnerables.
Aunque la policía mantiene operativos en la región para esclarecer los hechos, hasta el momento no se han identificado ni detenido a los sospechosos del tiroteo masivo. Las autoridades han solicitado la colaboración ciudadana para avanzar en la investigación.
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