Joseph Ratzinger, quién tomó el nombre de Benedicto XVI al ser escogido como monarca de la Iglesia Católica Romana, dejará su cargo el próximo 28 de febrero a las 8 pm (hora de Italia), según se informó en rueda de prensa desde el vaticano.
«Soy consciente verdadero de este acto», indicó Benedicto, de igual manera el Papa renunció también al cargo de Obispo de Roma, mismo que asumió a la par con el de sumo pontífice.
El padre Federico Lombardi portavoz de la Iglesia, indicó además que según «el derecho canónico esta renuncia no necesita que sea aceptada por nadie». De igual modo aseguró que a principios del mes de marzo los cardenales del mundo serán llamados para conformar el cónclave y elegir al nuevo monarca de la Iglesia Católica, para tener un nuevo papa que celebre la fiesta de Pascua.
Monseñor Dario Castrillón, Cardenal Colombiano, quien se encontraba en la reunión de cardenales en el vaticano, indicó que al momento de la renuncia el sumo pontífice se le veía bastante bien, con la voz de siempre, con algunos quebrantos de salud pero totalmente lúcido».
Castrillón agregó que este es un acto responsable y honesto de Benedicto XVI.
El informe presentado por el Sumo Pontifice indica que aunque su mente está lucida, su cuerpo ya no responde como antes, por lo que ve responsable el darle paso a un nuevo cardenal que pueda cumplir plenitud con esta ardua labor.
El Vaticano aseguró que el proceso de transición comenzará «tan pronto como sea posible», según BBC. Las primeras reacciones empiezan ya a sumarse. El decano del colegio cardenalicio vaticano, Angelo Sodano, dijo que la decisión ha sido una completa sorpresa. La agencia Ansa afirma que Sodano dijo que esto era como «un rayo caído de un cielo despejado».
Ratzinger, de 85 años, es Papa desde el 19 de abril de 2005. Su renuncia apenas tiene antecedentes en la historia de la iglesia Católica y es el primero en tomar esa medida en seis siglos.
Entre las responsabilidades que deja el papa, están la de ejercer el máximo poder judicial y ejecutivo de la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano. administrar las propiedades que pertenecen a la de la Iglesia en Roma.
De igual manera, el nuevo sumo pontífice tendrá que administrar las propiedades del Estado de la Ciudad del Vaticano que está reconocido en el derecho del mundo y entra en acuerdos globales. el de enviar y recibir delegados diplomáticos, realizar nombramientos de Cardenales y obispos en todo el mundo católico romano, así como la publicación de encíclicas y demás documentos papales.
La finalización de este papado se realizará durante un acto interno de canonización de los mártires de Otranto, el 28 de febrero, según informa la agencia italiana Ansa
Herwin Godoy Briceño/Diario República.