Fernando Moncada nació en Maracaibo en los años 60, periodo por el que nuestro país atravesaba un intenso movimiento cultural en el que concuerdan iniciativas novedosas y retadoras experiencias creativas en las artes.
Los sesenta traen la otra revolución, con ropa joven, divertida y experimental, es el turno de la extravagancia y la psicodelia. La cultura pop marca el camino de la moda con el uso de estampado, las gafas grandes de pasta y los cinturones anchos.
De temperamento pacifico, tranquilo y relajado, se le conoce a Moncada , quien también es diseñador de áreas verdes, bonsaista, paisajista y conservacionista, pasa la mayor parte de su tiempo cultivando y cuidando sus matas en la granja de su socio. Ese es el estilo de vida que ha adoptado desde que tenía apenas 18 años cuando a través de su familia comenzó a conocer sobre la vida de las plantas.
Conoció la técnica del bonsái en el año 1978, sin saber nada de nada, y se adentró de tal forma que se enamoró del entorno, asegurando que se embarcó en un viaje sin retorno.
Un bonsái es una palabra japonesa compuesta por 2 vocablos bon: bandeja, sai: paisaje, foresta. Así pues, según el conservacionista, su significado seria: árbol o arbustos cultivado y diseñado en una bandeja para que se mantenga pequeño y pueda ser admirado.
Según la revista web ciencia sunam; el objetivo de este arte milenario es crear un árbol en maceta, ofreciendo los componentes necesarios para que éste se desarrolle como un árbol silvestre maduro, pero en pequeñas proporciones.
El primer contacto que tuvo Fernando con este arte fue en 1979, cuando la curiosidad lo invadió al presenciar una breve explicación que hizo un amigo junto con su hermana, quienes realizaban un curso por correspondencia que publicaban para ese tiempo las revistas de circulación nacional.” Comenzaron, nunca culminaron, pero me dejaron la inquietud para que yo me iniciara en esa época, donde ni siquiera se conocía la palabra Bonsai” explica.
El arte del bonsái se originó en Asia hace unos dos mil años. Fueron los monjes taoístas de China los que desarrollaron sus técnicas en un contexto sagrado, ya que para ellos el cuidado de estas plantas les conectaba con la espiritualidad de la naturaleza, simbolizando la unión entre el cielo y la tierra, según expone la web decoesfera.
La vida transcurre pero para el también catedrático de jardinería; el día se resume a cuidar estas hermosas plantas las 24 horas, cuenta entre risas, que se levanta cada mañana según él “en modo bonsái”, hace 36 años se contaminó de esa pasión, recuerda que, cuando sale a regar sus matas, hay muchos días en que en ese recorrido lo acompañan una pareja de colibríes que van hilvanando el agua que queda en las hojas de las plantas.
A cualquier sitio que llega escanea las áreas verdes e imaginariamente las arregla, las diseña. “Es inevitable, muchas veces mi esposa me ha dicho deja de trabajar”, porque sabe que donde llega rápidamente comienza a diseñar espacios en su mente.
Según el maestro, muchas personas no saben mantener un bonsái, asegura, que hay quienes lo quieren por solo capricho, pero que ellos no son un florero, “detrás de un bonsái hay toda una historia de vida de alguien que le dedico muchas horas de trabajo, mantenimiento, diseño y amor a ese árbol” además comenta que no son solo piezas de exhibición que se contemplan y ya.
Mientras camina por su vivero hace pausa y refiere que, las técnicas que se utilizan son como los trabajos que realiza un ortodoncista, son de educación, de modelar una forma de crecimiento. Afirma que las plantas son las únicas que tienen la particularidad de que mientras más se poden, mas frondosa y lindas se ponen.
Según expone la web española filosofía nueva, más allá de sus elementos técnicos elaborados y de los resultados visibles que se obtengan en el tratamiento de una planta, se puede señalar que lo más importante de un bonsái es su contexto filosófico, que se basa en un origen religioso. Este origen, o por lo menos lo más antiguo que se conoce del bonsái, parece centrado en China, en relación con la religión taoísta, con su mensaje de comunión con la naturaleza, porque todo el universo está gobernado por el Tao, que es como el sentido de la vida, la armonía interna de todo lo que existe, su razón de ser. Para los taoístas, las miniaturas son capaces de condensar la energía natural y, por lo tanto, guardan una especie de poderes especiales, sobre todo si están contorsionadas o configuradas por condiciones adversas.
De un árbol común a bonsái
Aunque algunos especialistas consideran que un verdadero bonsái siempre es el que ha sido tratado en Japón, la verdad es que existen muchas especies vegetales que permiten este tipo de tratamiento, sea a partir de sus semillas o recogiendo plantones que se encuentren en estado silvestre.
“A mi taller-consultorio siempre llegan plantas que en muchos casos fueron de personas que ya partieron de este plano y que representan mantener ese vinculo con ese ser que ya no está físicamente, en ese momento soy sumamente creativo debido a que en muchos casos las plantas no son las más idóneas para convertirlas en bonsái, pero creo, suelta fernando carcajeándose, que se me incorpora algún maestro japonés y logro hacer algo hermoso e interesante”.
Bonsai Zen: Armonía y equilibrio
El Zen es una filosofía que armoniza el interior de cada persona con la naturaleza. Esta filosofía traduce que el ser humano, necesita de la naturaleza, debido que esta es un medio que le trasmite tranquilidad, serenidad y calma.
Este tipo de filosofía Zen, según la pagina jardín y plantas; tiene diferentes artes fines a su disciplina, entre ellos encontramos el bonsái. El bonsái zen, se origina en China, pero luego se extiende hasta Japón donde comienza a tomar fuerza.
Este tipo de prácticas estimula según el portal web, el crecimiento de la humildad, paciencia, meditación y el respeto por nosotros y los demás. Por esta razón al bonsái, no se considera una simple labor de jardinería, tiene todo un significado cada corte que se realiza, cada forma que se le da al árbol y no se toma a la ligera su realización.
Llena de naturaleza tu hogar
Tener plantas dentro del hogar purifica y revitaliza el ambiente, absorben gases contaminantes, incrementan la humedad en el aire, además de disminuir la temperatura, refrescando el ambiente en épocas de calor.
Anímate a tener vegetaciones de gran belleza, de vida casi eterna, que sumarán belleza, equilibrio y elegancia a tu hogar.
Cuidar bonsáis puede resultar una actividad gratificante con un alto sentido espiritual, las plantas perciben y leen nuestros pensamientos llegando a tener una empatía muy estrecha con las personas que las cuidan y las alimentan, concluye Moncada.
Redacción Rosana Muñoz/www.diariroepublica.com