El periodista venezolano Antonio Urbina y su esposa, Coral Rojas, se encuentran tras las rejas, luego que la magistrada mexicana Yasmín Esquivel Mossa los condenara por haber denunciado serias irregularidades cometidas contra su hijo de 11 años por el colegio Westhill, que dirige José María Rioboó, el marido de la jueza.
La pareja ha obtenido dos amparos federales de los tribunales, pero la juez los mantiene en la cárcel, junto a presos comunes. Su delito fue denunciar que el colegio Westhill maltrató a su hijo al cambiarlo de grado sin la nivelación adecuada y falsificando documentos para demostrar falsamente que sí los evaluaron.
Sumado a estas irregularidades, el matrimonio Urbina Rojas padece la indiferencia del embajador venezolano en Ciudad de México, Hugo García, a quien se le han enviado al menos 10 comunicaciones y 70 llamadas durante los ocho meses de la detención de la pareja venezolana, declaró el abogado German Cruz, quien fue entrevistado el pasado miércoles 12 de agosto por el periodista y exembajador Vladimir Villegas.
Indicó Cruz, abogado, que a los venezolanos se le están violando todos sus Derechos Humanos, y peor aún, “se están violando los Derechos Humanos Infantiles de los tres hijos de la pareja, quienes quedaron solos, abandonados en su casa, luego que la policía detuvo a sus padres en un centro comercial pocos días antes de la navidad de 2014”.
Actualmente, los niños (de 11, 5 y 2 años) son cuidados por su abuela paterna, pero están a punto de quedar en la calle, ya que pronto se vencerá el contrato de arrendamiento de la vivienda donde habitan en México. Otras embajadas han mostrado solidaridad y un grupo de empresarios están buscando la forma de cooperar y encontrarles un hogar a los familiares de José Antonio y Coral, indicó Cruz.
Trabajo de Panorama/www.diariorepublica.com