Por: Abg. Eduardo Labrador
La paranoia estadounidense representada por el plutócrata Donald Trump en filo su descarada guerra contra Venezuela, y decidió aplicar sanciones económicas, por lo que ha bloqueado todo lo relativo a la renegociación de títulos de deudas, bonos e intercambios de papeles financieros en la cámaras bursátil de su país.
Esta nueva situación tiende agrega nuevos componentes al conflicto venezolano, donde ahora los estados unidos son un actor directo, manifiesto e interesado parcialmente en la conducción política de nuestro país.
La intromisión directa y plena, solo es posible y de hecho es así con base a una relación de fuerza militar y la condición privilegiada que tienen de la economía mundial.
En cuanto a los aspecto económicos ellos, las águilas del norte buscan llevar a Venezuela a una situación de default, es decir; que Venezuela no pueda pagar sus compromisos en dólares en el extranjero, a demás esto traería a corto y mediano plazo un agravamiento del flujo de bienes hacia el país, haciendo más critica la situación actual y con ello mediatizar los escenarios electorales que están por venir.
Con estas medidas los tenedores de deuda verán afectados sus interés en la medida que el país no pueda cubrir los pagos, con lo cual un refinanciamiento será en condiciones de desventaja.
Otro de los aspectos, hipócrita y donde se devela la actitud norte americana, es que ellos le permiten a Citgo, la empresa de capital mixto venezolana y gringa, operar normalmente, solo que le prohíbe, entregar ganancias a su dueño, que es la estatal PDVSA.
Por otra parte, la medida tiene además un componente sicológico que en el mercado afecta las oportunidades de negocio entre PDVSA y otras operadoras y prestatarios de servicios, ya que, nadie dará suministros y financiamiento a nuestra petrolera.
Las medidas de Trump, también afecta al banco central de Venezuela en la medida que afecta el mercado general de títulos y valores.
El señor Trump con estas medidas se convierte en un acto de guerra, la respuesta venezolana debe orientarse a garantizar la participación en el mercado internacional de nuestras capacidades y potencialidades financieras, asimismo debe servirnos para reorientar todas una política de reingeniería financiera donde nuestra economía no dependa del peluquín de turno en Washington.
Es obvio, que el manejo de la geopolítica, la situación entre Rusia y estados unidos tendrá un mayor o menor impactos en nuestra situación, asimismo nuestro socio china podría implicarse aun mas para equilibrar la balanza de poder. Pero obviamente esto dependerá de una diplomacia astuta, activa, global y particularmente fina, capaz de alcanzar los objetivos.
Todos los ataques del gobierno norteamericanos contra Venezuela han sido sorteados y este no será la excepción.