Por: Golfredo Davila
Desde sus comienzos, este régimen desarrolló una estrategia de confrontación permanente, combinada con la destrucción del aparato productivo, la creación de poderes paralelos a la institucionalidad existente y el cercenamiento de la libertad de expresión. Sus primeros pasos fueron enfrentar la crítica y la voz disidente con sus fuerzas de choque, no se nos olvidan los llamados “círculos bolivarianos” golpeando periodistas o destruyendo sus equipos de trabajo, tal cual las camisas negras de Mussolini en la Italia Fascista.
Luego, el difunto presidente utilizó el insulto y el vilipendio contra medios críticos y creo medios gobierneros, el canal 8 dejó de ser una institución estatal y pasó a ser un órgano del partido de gobierno, así como otros medios televisivos e impresos; las llamadas emisoras comunitarias que nacieron como aparato difusor de las consignas, símbolos y mensajes de los dueños del poder; el 27 de mayo de 2007 se produjo el cierre de Radio Caracas Televisión, le quitó al pueblo una de sus vocerías con base en argumentos burdos y cínicos, acción que trajo consigo la autocensura y el control del 90 % de los medios por parte del régimen.
Durante el año 2009 el gobierno dejó fuera del aire 34 emisoras, en un acto inconstitucional, que violó el derecho a la defensa, el debido proceso, el derecho a la información y dejó cientos de trabajadores sin empleo. La guerra del gobierno contra la libertad de expresión no ha cesado, aparte de amenazar a los medios, niega la entrega de divisas a impresos críticos, Versión Final tuvo dos semanas paralizado, por quedarse sin papel; en su plan de cerrar Globovisión, calculó su destrucción a cuenta gotas, acosándolo, cercándolo económicamente, para finalmente embestirlo, el pasado 14 de abril, después de la dudosa victoria de Nicolás en las elecciones presidenciales, un grupo del sector asegurador vinculado al PSUV compró la estación.
Comenzaron prohibiendo las transmisiones en vivo de los actos de Henrique Capriles, fueron suprimiendo los programas que les disgustaban, “Buenas Noches”, “El Radar de los Barrios” y “Tocando Fondo” y muy a pesar del cambio de su línea editorial el Ilegítimo volvió a exclamar en días pasados “es un canal golpista”, pues el viernes 16 de agosto sale fuera del aire “Aló Ciudadano” produciéndose la capitulación final de la emisora y la total domesticación de los medios audiovisuales venezolanos.
Con la inexistencia de espacios para las voces críticas y la criminalización de la disidencia, muere la democracia, porque se cierran las vías para enfrentar la crisis institucional, social, moral y económica que cada día nos agobia, se continúa encubriendo los casos de violación a la Constitución Nacional y los más grandes escándalos de corrupción de nuestra historia. Hoy existen muchas más razones para protestar en la calle, hambre, desempleo, desabastecimiento, escases y ante esta nueva arremetida contra la libertad de expresión el pueblo buscará mecanismos alternativos para difundir la verdad.