Una malcriadez más del imperio que no ha podido encausar, o meter en el saco la política nacional de Venezuela es la forma mas acertada de comprender el decretazo de Obama y sus alucinaciones persecutorias en relación a la inusual amenaza que constituye nuestro país frente a EEUU.
Sabemos, que lo dicho y hecho por la agonizante gestión norteña no es otra cosa que un guion jurídico, que viene en escalada, para darse matiz de tribunal mundial, para garantizar lo que consideran ellos sus recursos operativos de crudo y para impedir que el modelo socialista avance a una etapa de consolidación y eficiencia.
Nuestra respuesta ha sido contundente de la mano de nuestro presidente Nicolás Maduro, quien ha sabido leer las entre líneas del mensaje y ha llamado a la unión a todos los sectores frente a la verdadera amenaza imperial. Su llamado a la unión ha tenido un eco enorme en el mundo entero y el coletazo se ha sentido hasta en los jardines de la casa blanca que ya en tres alocuciones no dejan de decir “ no es contra el pueblo”.
Les duele el ejercicio de nuestra soberanía en materia petrolera, les duele nuestra alianza estratégica con Rusia, les incomoda la transferencia tecnológica con China, se preocupan por el liderazgo de la patria de Bolívar en Latinoamérica, entienden que sabemos que sus billetes verdes no valen todo lo que dicen y que su hegemonía viene en picada.
Somos soberanos como una herencia ganada, como legado de nuestro hacer político y bajo las orientaciones de nuestro comandante eterno Hugo Chávez Fría. No estamos de rodilla, estamos de pie frente a quienes se resisten en respetar nuestro derecho legitimo de decidir nuestra forma de organizarnos y de administrarnos. Lo peor es el inmenso daño que le hace ese país al mundo entero utilizando las banderas de la derechos humanos como caballo de Troya para intentar penetrar y desestabilizar, siendo ellos el primer violador de los derechos humanos, o es que se les olvidan los derechos humanos de los retenidos en Guantánamo.
Venezuela sigue marcando la historia y vuelve a ser llamada para enfrentar un nuevo imperio y romper sus bajas pretensiones. Hoy como ayer estamos en batalla, pero ahora somos todos, lo que ocurra en nuestro país afecta a todo el continente americano y decide en buena parte la reorganización geopolítica de las fuerzas que mueven el mundo. Ojala el verdadero pueblo estado unidense abra los ojos y participe activamente para orientar el ejercicio de sus gobernantes, y que estos comprendan definitivamente que la américa libre y soberana comienza por aquí, en Venezuela.
Abogado-Diputado del Consejo Legislativo del Zulia.
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