Falta de insumos y medicamentos, equipos dañados, insuficiencia de camas en la unidad de cuidados intensivos (UCI), colapso en las salas de urgencias y fallas en el despacho de alimentos son las quejas más frecuentes de los familiares de pacientes recluidos en el Hospital Universitario de Maracaibo.Exigieron además aumentar la vigilancia en las áreas externas y mejorar el aseo de todos los servicios de este centro asistencial, donde a diario transitan unas 12 mil personas, entre personal administrativo, médico y enfermos.
Marisela Chacón, familiar de un paciente internado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del centro asistencial, se quejó de la falta de servicios y la escasez de medicinas de alto costo. “Aquí los baños no sirven. El que quiera hacer una necesidad debe irse o lo hace, aún sabiendo que no hay agua, dejando el baño sucio. Nosotras mismas tenemos que traer agua en garrafas, cloro y desinfectante para limpiar el sanitario porque no los asean, el mal olor es insoportable”.
Su caso es uno de los cientos de “viacrusis” que a diario padecen dentro del hospital. Además de enfrentar la incertidumbre del estado de salud de su ser querido, tuvo que atravesar numerosos obstáculos como la falta de insumos, la indolencia de algunos médicos, y “batallar” por un cupo en la unidad especial para su tío, de 54 años.
“Mi tío –continuó Chacón- se desvaneció y lo trajimos de emergencia al hospital para que lo atendieran. Los médicos dijeron que tenía una miastenia grave (trastorno neuromuscular), que le impedía mantenerse de pie. Para pasarlo de un sitio a otro teníamos que cargarlo porque no había una silla de ruedas. Estuvimos en la sala de urgencias esperando que lo colocaran un respirador, tuvimos que movernos al máximo para que lo estabilizaran porque estaban indolentes ante lo que le estaba pasando. Como no había enfermera alrededor, el médico pidió colocarme unos guantes y con una bomba manual de aire que yo misma le diera oxígeno a mi tío. Estuve como media hora bombeando hasta que consiguieran el respirador.
Lo peor de entrar a esa emergencia es la insalubridad. Como no hay cupo inmediato para la UCI, donde tuvo que estar desde el primer día que se internó, lo pasaron a una sala que llaman de cuidados intermedios. ‘Vamos a ver donde le buscamos un huequito para atenderlo’, dijo la doctora y me dio mucha rabia su comentario. Allí el mal olor es insoportable, los baños tampoco los asean, no tienen agua y todo eso se mezcla entre el resto de los pacientes ¿cómo pueden tener ese espacio en esas condiciones? Es un riesgo muy grande para todos, se pueden contaminar, hay personas mayores con sondas, trasfusiones. El ambiente es muy deprimente.
Allí estuvimos con él 14 días y ni te imaginas las carreras que dimos para que nos atendieran, buscando compresas, jeringas, algodón, solución fisiológica y sondas de succión para que le limpiaran el entubado porque aquí no había. El golpe más fuerte nos lo dieron cuando pidieron un suero llamado inmunoglobulina al 20%. Cada uno cuesta 4.000 mil bolívares y necesitaba 30. Fuimos de hospital en hospital para buscarlo, pero no lo conseguimos.
Al final solo encontramos uno en una farmacia y el médico se asombró al ver que lo compramos porque, según él, es un medicamento que solo es de uso hospitalario. Al día siguiente, para nuestro alivio, aparecieron los otros sueros y las demás medicinas que le hacían falta. Ahora está en la UCI, pero igual tenemos que estar encima de las enfermeras para que le cumplan el tratamiento al pie de la letra porque se les escapa hacerlo”, relató Chacón desde la calurosa sala de espera, en el cuarto piso, donde los tres aires acondicionados, tipo Split, están dañados.
Familiares de pacientes en la UCI, en el cuarto piso, reclaman más aseo en el área y reparar los tres aires acondicionados.
Durante su maratónica estadía, Chacón narró que en días pasados fue testigo de como una paciente falleció por falta de medicamento para el corazón.
Mientras los familiares de los enfermos buscan insumos y medicamentos para que sean tratados, otras personas los sustraen ilegalmente del centro asistencial.Este miércoles, el HUM informó que un paciente del servicio de diálisis fue retenido luego de verificar que pretendía llevarse insumos médicos en su bolso personal, el pasado lunes 20 de octubre, a las 6:00 de la tarde.
Llevaba 33 pares de guantes, 107 gasas, 16 rollos adhesivos y 10 frascos de betadine.
Un hombre pretendió sustraer estos insumos del HUM.
Ante esta situación, Humberto Portillo, familiar de otro paciente, denunció la poca vigilancia dentro del hospital. “A medianoche se apareció un muchacho en plena sala queriendo asaltar a los familiares de los pacientes. Queda a riesgo de cada uno pasar por las escaleras en horas de la noche porque están solas y te pueden atracar. No se explica por qué habiendo tanto control en los pasillos, en las escaleras, para cuidar a las personas, dejan entrar a gente extraña y en horas de la madrugada. A un señor se le robaron la batería del carro en el estacionamiento”, dijo molesto el pariente.
Otro grave problema que reclamaron los pacientes recientemente es la falta de alimentos a los recluidos en el centro asistencial. Subiendo las escaleras, Nemesio González llevaba una bolsa de comida para su madre internada en el sexto piso. “Mi hermana le hizo el almuerzo porque desde hace unas semanas no están dando comida y si le dan lo único que le sirven son verduras”, contó.
En la sala de pediatría, donde habían más de 150 madres y padres con sus hijos esperando ser atendidos en triaje, Marcos Fernández aguardaba el diagnóstico de su nieta, de 4 años, quien tenía ya tres días con un intenso cuadro febril.
Largas colas hacen para ser atendidos en las diferentes especialidades.
“Sospechamos que sea Chikungunya, tiene brotes en el cuerpo, pero será los doctores que nos digan. Igual no estaremos mucho tiempo aquí porque en esos casos los médicos solo te recetan medicinas, que por cierto no se consiguen, y te dicen que te vayas a tu casa, que no pueden hospitalizarte porque tampoco hay comida”, sostuvo Fernández. “Aquí no hay ni para bajarle una fiebre a un niño”, soltó otra mujer en la sala de espera, con el piso sucio de arena y un balde rodante que servía de recipiente para una gotera.
A la emergencia de adultos del HUM «se mudan» los parientes de los enfermos. Piden una sala de espera.
En las afueras de la sala de emergencias de adultos el escenario es el mismo. Familiares “acampan” casi a las puertas de la entrada, con sillas y hasta colchonetas, esperando noticias de su ser querido. Pero en vez de recibir el diagnóstico, les toca hacer la lista de los insumos que necesitan buscar en las farmacias para atender a su familiar.
“Una jeringa, hijo, una jeringa. ¿Tú crees eso posible, que los mismos médicos te pidan guantes, jeringas, yelcos para hacerte un estudio? A mi mamá tenían que hacerle una tomografía y me dicen que no, que tengo que llevármela a una clínica a hacérsela porque el equipo tiene no sé cuantos meses dañado, tengo que buscar una ambulancia especial y buscar 3.000 bolívares, de donde no tengo, para poder costear todo eso”, dijo impotente América Restrepo.
Según una enfermera del centro asistencial, el tomógrafo fue reparado en abril de 2013 para hacer seguimiento especial a un paciente con trasplante de hígado, pero el equipo volvió a dañarse. Otros asistentes en el área de radiografía comentaron que desde hace cinco años no hacen tomografías. Solo existen dos equipos de este tipo en Maracaibo, uno en el centro de Alta Tecnología (CAT) de San Jacinto y otro en Hospital Coromoto, según la Seceretaría de Salud de la Gobernl Zulia.
Por su parte, Nerio Ulloa Cisneros, secretario del Sindicato de Trabajadores de Salud del estado Zulia, afirmó –en visita a este rotativo- que “existen irregularidades en la distribución de medicamentos y pidió a la comisión de salud de la Asamblea Nacional inspeccionar este recinto hospitalario, el cual tiene un cierre técnico de operatividad por sus fallas en las áreas de pediatría, adultos y UCI”.
Recientemente, familiares en el área pediátrica protestaron por la falta de alimento e insumos para atender a los niños.
PANORAMA solicitó al equipo de prensa del HUM –vía telefónica y correo electrónico- una entrevista con Nolys Fernández, directora del hospital, para conocer su posición sobre estas denuncias, pero el contacto no fue posible.
Reportaje especial del centenario DIARIO PANORAMA/www,diariorepublica.com