El patacón, los tumbarranchos, las mandocas, los pastelitos y tequeños, así como las hamburquesas, son parte vital de la dieta del marabino, anualmente millones de turistas que viajan a nuestro realizan la conocida ruta gourmet que consiste en pasearse por los puestos màs conocidos de la regiòn para consumir estos manjares zulianos, sin saber que,en el caso de los hombres, si abusan de estas frituras ademàs de ganar peso están aumentando el riesgo de sufrir de cáncer de próstata.
Así lo señala, un estudio realizado por un grupo de investigadores del Fred Hutchinson Cancer Research Center en Seattle, EE.UU., y publicado en la edición en línea de la revista The Prostate, el 17 de enero de 2013.
El cáncer de próstata es la segunda afección oncológica más frecuente entre los hombres en todo el mundo. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la mayoría de los países de la región, con la excepción de Ecuador, Chile, Uruguay y Argentina, el cáncer de próstata es la principal causa de muerte por enfermedades oncológicas en los hombres.
Los autores del estudio analizaron el patrón de consumo de alimentos fritos en abundante aceite de 1.549 hombres con diagnóstico de cáncer de próstata y 1.492 hombres sanos. Los participantes eran individuos de ascendencia caucásica y afro-americana de 35 a 74 años.
Los resultados reportaron que los hombres que comían alimentos fritos en abundante aceite como papas, carne de pollo, pescado y rosquillas (“doughnuts”), al menos, una vez a la semana presentaron un riesgo de 30 a 37% mayor de desarrollar cáncer de próstata, en comparación con aquellos individuos que reportaron ingerir frituras una vez al mes.
El consumo semanal de alimentos fritos en abundante aceite también se asoció a un moderado incremento de la variedad más agresiva de cáncer de próstata.
Estos resultados se mantuvieron incluso después de tomar en cuenta otros factores que pueden producir confusión como la historia familiar, la edad, procedencia étnica, índice de masa corporal y el registro de los valores del antígeno prostático específico.
Una de las razones principales es el hecho de que freír los alimentos desencadena la producción de carcinógenos, pues, al calentar el aceite a temperaturas apropiadas para freír, mayor a los 180º C se pueden formar compuestos cancerígenos en los alimentos fritos, que pueden dañar el ADN de las personas que los ingieren.
La concentración de estos compuestos tóxicos puede aumentar en los alimentos cuando el aceite se reutiliza y/o se prolonga el tiempo de la fritura, algo comùn en los alimentos consumidos fuera del hogar.
Los investigadores analizaron el consumo de los diferentes tipos de carnes rojas y observaron que la ingesta de hamburguesas se asociaba a un mayor aumento de riesgo de cáncer de próstata. Los autores sugieren que, posiblemente, los resultados se deban al hecho de que las hamburguesas pueden acumular una mayor cantidad de carcinógenos, ya que alcanzan temperaturas altas tanto internas como externas más rápido que un filete o bistec.
En otras palabras, las carnes fritas que presentan un mayor grado de cocción acumulan más carcinógenos que aquellas que sólo alcanzan un término medio y aún se mantienen rojas y jugosas en su interior.
Los autores también observaron que los hombres que reportaron dietas con un consumo alto de pollo horneado presentaron un menor riesgo de cáncer de próstata avanzado, en comparación con aquellos participantes que ingerían pollo frito cocinado en sartén, señalaron que freír las carnes en sartén, a altas temperaturas, independientemente que éstas sean rojas, de pollo o pescado, aumenta, de modo consistente, el riesgo de cáncer de próstata.
Agencias