Cuando se trata de prevenir el embarazo no deseado, gran parte de la responsabilidad sigue cayendo sobre las mujeres. Pastillas anticonceptivas, condones femeninos, parches, DIU y chips.
La mayoría de los anticonceptivos, o al menos los más accesibles, son hormonales y tienen efectos secundarios que no se pueden contrarrestar fácilmente.
Según el Instituto Guttmacher, una organización de investigación para la salud reproductiva y sexual, millones de embarazos no deseados se producen al día en todo el mundo.
La Fundación Parsemus, quien pensó en desarrollar un anticonceptivo masculino, es una organización sin fines de lucro con sede en California y que trabaja para crear soluciones de bajo costo de los productos que han sido rechazados por la industria farmacéutica.
Científicos han trabajado para diseñar este anticonceptivo masculino con la suficiente dosis de hormonas pero sin alterar significativamente a un cuerpo que produce espermas. Desarrollaron el nuevo Vasagel, un gel anticonceptivo de acción prolongada completamente reversible, pensado como una alternativa a la vasectomía.
Una gota del producto se aplica directamente en los conductos deferentes, los conductores del esperma del aparato reproductor masculino, para que actúe como “una barrera de larga duración” que es lo suficientemente “espesa” para evitar el paso regular del esperma y que así pueda ser “reabsorbida” por el propio cuerpo.
Para retirarlo del organismo no se necesita más que la inyección de una mezcla de bicarbonato de sodio para restaurar el flujo de esperma.