![](https://diariorepublica.s3.us-east-1.amazonaws.com/cms/wp-content/uploads/2020/12/wpid-Prostate-Cancer-Treatment.jpg)
Este fin de semana, el Institute of Physics (IOP) del Reino Unido publicó un novedoso artículo sobre el uso de los rayos de protones en el tratamiento del cáncer de próstata.
La publicación titulada «Effect of tissue heterogeneity on an ‘in vivo’ range verification technique for proton therapy» (efecto sobre la heterogeneidad del tejido en un vivo a partir del rango de verificación para la terapia de protones), promete novedosas aplicaciones clínicas.
Sin embargo, sus autores, Bentefour El Hassane, Shikui Tang, Prieels Damien y Lu Hsiao-Ming, todos enfocados en la radiología aplicada al campo médico, estudiaron el caso específico de las malformaciones prostáticas.
El trabajo puso a prueba la precisión de la terapia de radiaciones diseñada por el equipo, que consiste en aplicar mínimas descargas de protones sobre el objetivo, sumergido dentro de un tanque de agua.
«Evaluamos el método en situaciones clínicamente relevantes, donde los rayos de protones pueden pasar a través de regiones con significante heterogeneidad de tejido. Específicamente, consideramos que puede ser aplicado en el tratamiento de la próstata, desde su ángulo anterior o anterior-oblícuo», señala el informe de los expertos.
Aseguran que el propósito es reducir el abordaje rectal de este tipo de intervenciones «tomando ventaja de la caída en la Curva de Bragg», indican sobre el concepto radiológico relacionado con la elipse que traza la pérdida de energía de las radiaciones ionizantes durante su tránsito a través de la materia, establecido en 1903 por William Henry Bragg.
Los científicos lograron demostrar la efectividad del método con estos rayos al atravesar efectivamente varias regiones del hueso púbico y cavidades en vejiga e intestinos.
Para el experimento preliminar usaron bloques de densidad similar a la ósea y a la de los órganos mencionados, colocados dentro del recipiente de agua.
Afirman que la técnica arrojó una precisión «mejor que ±0,5 milímetros», y las dosis de radiación que se utilizaron son bastante bajas, inferiores a los 0,5 cGy (centigray, unidad para medir la absorción de las radiaciones).
La radiación se aplica usando diodos de silicón como detectores. Esto hace que el método sea adecuado para la verificación del rango de acción “in vivo” antes de cada aplicación del tratamiento.
En el sumario de la investigación, los investigadores señalan: “La radioterapia ha sido una efectiva herramienta en el manejo del cáncer, y el uso dosificado del haz de protones ha recibido reconocimiento mundial en diversos centros terapéuticos”.
Destacan también que la “verdadera ventaja” de este método es el control del rango del haz aplicado a los pacientes.
“Llevamos a cabo pruebas fantasma para comprobar la robustez de la técnica propuesta ‘in vivo”, explica El Hassane, investigador de origen marroquí especializado en la ingeniería radiológica aplicada a la medicina, radicado en Boston, Massachusetts.
Actualmente, El Hassane lidera la investigación, que desarrolla desde la firma IBA groups, una empresa dedicada a la creación de dispositivos y software para el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Es la mayor proveedora en su ramo para Europa del este, y también posee oficinas en Estados Unidos.
Hasta ahora, la nueva técnica, cuya primicia es el uso del agua como modulador de la refracción de las radiaciones, continúa en estudio, con el pronóstico más optimista por parte de sus protagonistas.
Hiram Aguilar Espina