
Maracaibo, Venezuela — Con el inicio del año escolar 2025-2026 a la vuelta de la esquina, el lunes 15 de septiembre, miles de padres y representantes en Maracaibo se enfrentan a un desafío familiar: comprar uniformes y útiles escolares en medio de una economía inestable. Mientras el personal docente y administrativo se reincorpora a sus labores, las familias recorren los comercios en una carrera contrarreloj para que sus hijos no les falte nada.
Priorizar y estirar el presupuesto
En la ciudad de Maracaibo la frase más repetida es “vamos por partes, poco a poco”. Los padres han optado por un enfoque estratégico: priorizar lo más urgente —uniformes y calzado— y comprar los útiles de manera gradual.
En el concurrido mercado Las Pulgas, Alberto Granado compartió su experiencia: “Gracias a Dios pude guardar un dinero para los uniformes de mis dos hijos. Algunas cosas, como los zapatos de goma, están a buen precio… vamos poco a poco”. Por su parte, Martha Muñoz, consultada en una tienda de la zona, comentó que el gasto es mayor para sus hijas, “porque en el caso de las niñas es un poco más caro, incluyendo la ropa interior, las medias y el uniforme de educación física”.
La situación es similar en otros puntos de la ciudad. Luis Pérez y su esposa Magaly, en el centro comercial Cima, resumieron su lucha con una frase contundente: “Ya compramos los zapatos. Ahora hacemos magia con lo poco que tenemos para comprar el resto de las cosas, pantalones, franelas, chemises, etc.”
El verdadero obstáculo: el poder adquisitivo
Aunque la oferta de productos es amplia, y algunos padres mencionaron que es posible encontrar opciones accesibles, la mayoría coincide en que el principal problema no es la falta de mercancía, sino la falta de dinero. Francisco Villalobos fue directo al grano: “Los precios se mantienen, pero el salario del trabajador es lo que no alcanza ni para uniformes ni para comer”.
La inflación sigue erosionando el poder de compra de las familias, transformando el regreso a clases en una verdadera odisea. A pesar de que los precios de algunos artículos se han mantenido estables en comparación con el año pasado, el salario promedio sigue siendo insuficiente para cubrir los gastos básicos de un estudiante.
Ante esta situación, en las aceras del centro de Maracaibo han comenzado a proliferar vendedores ambulantes, que ofrecen cuadernos, lápices y uniformes a precios más bajos, atrayendo a las familias en busca de un alivio para sus bolsillos.
Via Noticia al día/Diario República.com



