
Nueva Delhi, India – Venezuela ha llegado a la vigésima sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO con una doble y ambiciosa aspiración patrimonial que busca posicionar dos pilares fundamentales de su identidad cultural en el escenario global: el casabe y el joropo. El encuentro, que se celebra esta semana en Nueva Delhi, India, congrega a decenas de delegaciones y pone un foco especial en la riqueza cultural de América Latina y el Caribe.
El Casabe: Candidatura regional para un pan ancestral
La primera postulación se centra en el casabe, el pan plano y crujiente elaborado a base de yuca. Esta candidatura es de carácter regional, sin precedentes en su tipo, y subraya el valor del casabe como un patrimonio común del Caribe. La propuesta es impulsada conjuntamente por Venezuela, República Dominicana, Cuba, Haití y Honduras.
Este alimento ancestral no es solo un producto gastronómico, sino un testimonio viviente de las técnicas de procesamiento precolombinas. Su preparación, que se ha mantenido prácticamente inalterada a lo largo de los siglos, lo convierte en uno de los indicadores culturales más antiguos y significativos de la región. La alianza multinacional busca no solo la inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, sino también garantizar la preservación de los saberes asociados a su elaboración y reafirmar su papel fundamental en la historia alimentaria y la memoria gastronómica del continente.
El Joropo: Símbolo de la identidad musical venezolana
De forma paralela e individual, Venezuela defiende la postulación del joropo como una expresión festiva propia merecedora del reconocimiento de la Humanidad. Nacido en los vastos llanos del país, el joropo es mucho más que música; es una síntesis cultural y artística que amalgama la ejecución virtuosa del arpa, el canto narrativo y el vigoroso zapateo.
El Joropo es la máxima expresión del mestizaje cultural venezolano, representando el espíritu alegre, la resiliencia y la tradición de sus habitantes. Su eventual inscripción como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad aportaría un invaluable reconocimiento internacional al acervo musical venezolano, asegurando la visibilidad y el apoyo necesario para su transmisión a las nuevas generaciones de cultores.
El contexto global y la importancia de la salvaguardia
Si bien Latinoamérica llega a Nueva Delhi con una presencia notable, la competencia es intensa y global. Otras candidaturas destacadas en esta edición incluyen manifestaciones de gran calado como la reconocida cocina italiana, el icónico festival Diwali de India, el maquillaje tradicional kohl, y las técnicas de construcción de yurtas en Asia Central.
La sesión de la UNESCO se desarrolla en un contexto de llamado a la acción. El subdirector general de Cultura de la organización, Ernesto Ottone, ha enfatizado que la permanencia del patrimonio inmaterial depende directamente del apoyo internacional. Ottone recordó a las delegaciones que la falta de recursos amenaza la transmisión de saberes y prácticas comunitarias, y que, a diferencia de los monumentos físicos, el patrimonio intangible es la vía directa de diálogo entre las comunidades y las políticas públicas.
Para Venezuela, la inscripción exitosa del casabe y el joropo significaría no solo un logro diplomático, sino también una poderosa herramienta para el refuerzo de la identidad nacional y la promoción de un turismo cultural sostenible.
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