Kalet Castillo apenas tiene ocho años, pero ya saboreó las mieles del triunfo internacional e impuso una tiranía en el patinaje criollo durante 2016, que le valieron para erigirse como el mejor del Zulia y Venezuela.
El zuliano está sobrado en la categoría infantil y se proyecta como el mejor velocista de todos los tiempos si logra mantener el ritmo y depurar su técnica con la experiencia que le espera en el futuro inmediato.
“Es un muchacho que asimila muy rápido las enseñanzas y, lo más importante, está enamorado de este deporte”, dijo Juan Carlos Castillo, uno de sus entrenadores y padre del patinador.
Sus inicios se remontan 5 años atrás cuando las obligaciones del padre, entrenador con rango internacional, sobre todo en Suramérica, lo llevan a Ecuador a dictar sus conocimientos a las selección de ese país. “Kalet se colocó los patines por primera vez allá y de una vez mostró lo que traía”, señala el padre.
De allí comenzó a hacer el trabajo de formación y ese mismo año quedó listo para los campeonatos nacionales.
“En 2011 fuimos a Barinas y quedó campeón nacional en su debut. Por su propia voluntad, y apoyado por la familia, él quiso seguir en el patinaje manteniéndose hasta el día de hoy donde el triunfo le sonríe”, afirma Alfredo León, su entrenador en pista.
En 2014 Kalet irrumpe a nivel nacional destronando al campeón en varias pruebas, pero es en 2015 cuando muestra todo su poderío arrollando a todos los rivales a los que enfrentó en cada una de las 6 válidas nacionales que ganó en los estados Táchira, Barinas, Lara y Miranda.
Esa extraordinaria actuación le dejó una cosecha de 16 medallas de oro y una destacada actuación internacional en un festival colombiano considerado uno de los más exigentes del mundo.
“Cuando estoy en competencia no pienso en nadie, solo ganar. Mi estrategia radica en colarme por dentro cuando se me presenta la oportunidad, que empiezo a buscar desde el principio en cada carrera. Eso me permite agarrar suficiente velocidad para el remate”, explica Kalet.
Explica que para ganar no hace nada distinto a los demás. “Solo me dedico a entrenar todos los días, dos horas, y a seguir al pie de la letra las instrucciones del mi entrenador Alfredo León.
El zuliano tiene sangre para forjarse las más ambiciosas metas en esta disciplina. El padre fue campeón en Colombia, de donde es oriundo, y posee todo un cúmulo de experiencia que está transmitiendo a su vástago dosificadamente. Los hermanos, tres en total, también son patinadores y están apoyándole permanentemente.
Kalet comienza el 2016 con las mismas expectativas del año pasado y sueña, junto con su padre, llegar algún día a la mejor pista del mundo y competir por un campeonato mundial.
“Si mantiene las ganas y la disciplina es probable que más adelante estemos pensando realmente en un podio de ese calibre. Por ahora es solo un sueño”, aseguró Juan Carlos.