Salzburgo aprecia El Sistema de hoy. La participación de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas, de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, de la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar y de la Orquesta Sinfónica Juvenil Teresa Carreño disolvió la idea de que el proyecto del maestro José Antonio Abreu fracasaría.
Hace 38 años, su propuesta de inclusión gratuita a la música de los niños y jóvenes de Venezuela le colgó en la frente etiquetas con las más duras críticas de los eruditos en la materia. Hoy, su lenta andadura le permite ver la admiración en los rostros de esos mismos críticos por el proyecto tan ambicioso que ha sabido sustentar. La admiración se concentra en la capacidad de interpretación en jóvenes que se nivelan con orquestas europeas de tradición, conformadas por músicos con un promedio de experiencia de 40 años.
Gustavo Dudamel, uno de los mayores cómplices actuales del maestro José Antonio Abreu, destacó durante la rueda de prensa ofrecida el sábado en el hotel Sacher (en Salzburgo) que en Venezuela la educación musical se ha convertido en un derecho del que hoy disfrutan 400 mil niños y jóvenes venezolanos. Para él, el Festival de Salzburgo es un trampolín para que los espectadores internacionales conozcan más del proyecto que en Venezuela se ha convertido en una doctrina pública; ha dicho que el festival es el escenario ideal para ponerlo ante quienes están descubriendo El Sistema como proyecto.
Dudamel planteó que la realización del Festival de Salzburgo en Venezuela comprende plasmarlo en el país con toda la representación que lleva consigo el escenario más internacional de la música clásica. “El Sistema se ha convertido en un símbolo patrio, pero ahora aquí es un símbolo del mundo”, aseguró el director de 32 años tras mencionar que el maestro Abreu es el capitán del barco que trajo casi a toda la institución hasta Salzburgo.
En Salzburgo han participado también la Orquesta Filarmónica de Berlín y la Filarmónica de Viena, pero El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela se ha convertido en el centro del festival.
El director de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar confesó que aún se siente el mismo joven de Barquisimeto luego de 20 años en la dirección de orquestas. La música se ha convertido para él en el libro de vida que le muestra el proceso de crecimiento y la madurez que ha ganado en el tiempo como director de orquestas, iniciado desde los 12 años en su ciudad natal.
Los críticos del arte musical en el Festival de Salzburgo se confiesan encantados con las interpretaciones de las orquestas venezolanas. Sin embargo, a Gustavo Dudamel le tocó responder quizás la única inquietud que tienen los críticos y espectadores europeos: el tamaño de las orquestas. “En Venezuela las orquestas son grandes porque El Sistema es grande y todos se merecen la oportunidad de participar”, respondió a una emisora de radio austríaca durante la rueda de prensa del sábado.
El director titular de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela no encuentra diferencias entre dirigir una orquesta europea y una venezolana. La única complejidad que marcó fue la tarea de convencer a los músicos de que el director tiene la razón.
El Sistema, para Gustavo Dudamel, se ha convertido en una institución permanente. No solo se renueva con la inclusión constante de niños y jóvenes a la lista de los núcleos distribuidos en el país, sino también con la creación de nuevos proyectos pensados para la formación integral. Reconoció que la institución no es una fábrica de músicos, pero se garantiza una preparación con propuestas como la creación de las cátedras de composición para ir más allá de la interpretación de repertorios de grandes músicos internacionales. La incorporación de la música venezolana es otro de los asuntos pendientes, aunque ya existen iniciativas como el proyecto Alma Llanera.
La ambición del maestro José Antonio Abreu siempre estuvo centrada en la inclusión, en la formación de ciudadanos que se ha convertido en la más grande del país. El movimiento ha marcado ciclos, etapas de crecimiento para escribir en la historia de Venezuela la existencia de una institución abierta para los niños y jóvenes del país.
Por Arturo J. Palencia
Foto: División de Prensa de Fundamusical Simón Bolívar.