Según una información que publica El Mundo, en la directiva del Barcelona preocupaba la vida privada de Piqué. Uno de los encargos realizados a una agencia de detectives consistió en seguirlo de septiembre de 2009 a principios de octubre de 2010. Se quiso saber a qué personas llamaba o los movimientos de sus cuentas bancarias.
En el Barça preocupaba la afición del defensa azulgrana por los juegos de cartas, como el póquer. El documento destaca que el jugador se había llegado a gastar entre 3.000 y 4.000 euros en una tarde en el casino y que cuando estaba en Manchester «jugaba muy fuerte y una tarde llegó a gastarse 30.000 euros», en sus propias palabras.
Otro de los informes revela el control que le hicieron para saber hasta qué horas llamaba. Antes de un Barça-Tenerife «llamó hasta las 1.23 horas» mientras que tras ganar al Sevilla en enero de 2010 estuvo hablando «hasta las 5.41».
Hasta en el concierto. Presuntamente los detectives siguieron a Piqué hasta un concierto de Alejandro Sanz en Barcelona en septiembre de 2010. Le tomaron numerosas fotografías junto a su compañero Carles Puyol así como del coche que conducía. También indican que lo hacía a «una media de 170km/h con puntas de hasta 200 km/h».
Vía Marca