
El Inter de Milán logró aferrarse de manera dramática a la intensa lucha por el Scudetto al conseguir una agónica victoria (1-2) frente al Hellas Verona este domingo. Un autogol en el minuto 94 no solo salvó a los de Christian Chivu de un empate frustrante, sino que, tras el inesperado resbalón del Nápoles, los catapultó a solo una unidad del primer puesto de la clasificación.
El partido en el Estadio Marcantonio Bentegodi se convirtió en una verdadera prueba de nervios para los nerazzurri, que sufrieron más de lo presupuestado ante un Verona que, a pesar de seguir sin conocer la victoria en el campeonato, rozó la hazaña.
De la Precisión al Agonía
El Inter comenzó con solidez, tomando la delantera en el minuto 15 con una precisa anotación del mediocampista polaco Piotr Zielinski. El gol, el primero de la temporada para el jugador, fue fruto de una jugada de pizarra ejecutada tras un saque de esquina de Hakan Çalhanoğlu.
Sin embargo, la falta de contundencia ofensiva del Inter en la primera mitad, sumada a un bajo rendimiento del capitán Lautaro Martínez, permitió al Verona reaccionar. Antes del descanso, el joven atacante Giovane (21 años) selló el empate tras una gran jugada individual, batiendo al guardameta Yann Sommer con un potente disparo cruzado.
El Giro Inesperado del Minuto 94
El esfuerzo local fue notable, incluso estrellando un remate en el poste por parte del nigeriano Gift Orban. No obstante, el destino se interpuso en el camino del Hellas Verona.
El encuentro se resolvió en el descuento, cuando un centro desesperado de Nicolo Barella fue desviado por el defensor danés Martin Frese, quien en una acción desafortunada envió el balón a su propia red. Este infortunado autogol selló la victoria para el Inter y consolidó la crueldad del fútbol para el equipo local.
Con este resultado, el Inter encadena su segundo triunfo y mantiene una intensa presión en la cima, mientras que la lucha por el título sigue al rojo vivo con la Roma y el Milan también acechando.
Diariorepublica.com



