
En un desastroso partido, el Barça se ha complicado su futuro en la Liga de Campeones este miércoles al quedar el marcador 2-0 en su contra.
El Milan ha tenido el control del encuentro disputado en San Siro, lo ha llevado a su escenario preferido, forzando en una segunda mitad decisiva, con sendos goles de Boateng y Muntari que sitúan a los azulgranas al borde del abismo.
No ha tenido frescura el equipo de Jordi Roura. Ha tenido, eso sí, la pelota. Pero no ha sabido qué hacer con ella. Y el Milan ha gestionado de manera extraordinaria el choque, sobre todo en la primera mitad, ya que apenas ha sufrido. Un lejano disparo de Xavi y nada más. Luego, en la segunda mitad, el Barça ha entrado dormido. Y el Milan no lo ha desperdiciado.
Una falta de Alves ha permitido un tiro de Montolivo que Zapata ha asistido con la mano a Boateng para fusilar a Valdés. Pero lo peor todavía estaba por llegar. El equipo de Roura, que ha hecho entrar a Alexis por Cesc para tener más profundidad, no ha sabido sobreponerse al impacto del primer tanto.
Y poco después ha llegado el gol de Muntari en otro grave error defensivo de los azulgranas. En la primera parte, el Barça ha tenido el balón. Pero ha sufrido más que el Milan. Hasta tres apariciones ha tenido el conjunto lombardo, y mucho más peligrosas que las de los azulgranas.
De salida, Roura ha apostado por el once de gala, con 10 jugadores de la casa. Solo Alves no ha pasado por La Masia. Pero el equipo no ha tenido frescura ni chispa ni tampoco velocidad. Messi, asediado El mal estado del césped de San Siro también ha frenado la circulación de la pelota. Y el Milan se ha encontrado cómodo. Tanto defendiendo como atacando. Incluso Messi se ha recostado a partir del minuto 25 en la banda derecha para despegarse del asedio milanista. Aunque no ha tenido la astucia necesaria el Barcelona para encontrar los espacios en un partido lleno de dificultades. Puyol, con su bravura y velocidad, ha sido el que ha aportado más contundencia defensiva. Con el balón, el Barça no ha generado peligro. Sin el balón, el Milan sí lo ha hecho.
En los primeros 45 minutos, un disparo lejano de Xavi, desde fuera del área, atrapado fácilmente por Abbiati, el meta del equipo italiano, ha quedado como prueba de la falta de producción ofensiva del equipo azulgrana. Al Milan todo le ha salido como había planeado. Ha dejado a Messi sin tirar a puerta en toda la primera mitad y a Iniesta sin conectar con el juego, ahogado como ha estado Xavi también en la zona de creación. Poco a poco, el Barcelona se ha ido acercando a la tragedia. Ha estado irreconocible, sin ofrecer apenas recursos ofensivos y concediendo demasiadas ocasiones atrás, complicándose la vida de tal manera en la Champions que le obliga a remontar en el Camp Nou los dos goles italianos.
Agencias