La temporada 2013 de Félix Hernández había sido opacada en Venezuela por la histórica campaña de Miguel Cabrera y en Estados Unidos por el invicto del derecho Max Scherzer.
Pero alcanzado ya el ecuador simbólico de la temporada, los números de Hernández exigen a gritos la atención que merece el mejor lanzador de la Liga Americana del año.
Luego de maniatar a los Angelinos de Los Ángeles de Anaheim durante ocho actos, Hernández amaneció como el líder en efectividad (2.53) e innings lanzados (138.2) de su circuito, además de mostrar la segunda mejor relación de K/BB (5.38) y la tercera mayor cantidad de ponches (140).
Esos números no solo se erigen como los mejores de su carrera antes del clásico de mitad de temporada (2009 tuvo la misma efectividad, pero en menos innings) sino que, al ser enumerados, apabullan a los de los demás lanzadores resaltantes de la primera parte de la campaña, incluyendo a los de un Scherzer que el sábado perdió su manto inmaculado frente a los Rangers de Texas.
«Solo quería hacer buenos pitcheos. Ha sido mi estrategia todo el año: atacar a los bateadores y sacarlos», dijo Hernández a MLB.com luego de que lanzara su vigésimo cuarto partido de al menos ocho entradas sin carreras, cifra tope entre los lanzadores de las Grandes Ligas desde 2005.
Las palabras de Félix se han traducido en hechos, pues el derecho ha encontrado la forma de disminuir nuevamente la cantidad de boletos (1.69 por cada nueve innings) y aumentar el promedio de abanicados (9.05 /9IL), estableciendo, hasta ahora, topes personales que ya habían sido mejorados el año pasado.
«Félix es difícil», dijo Mike Scioscia, el mánager de los serafines, a MLB.com. «A veces lo hemos logrado pescar, el sábado todo le funcionó. Él no es un pitcher que vayamos a ver implosionando muy pronto».
El esperanzador pronóstico de Scioscia tiene respaldo numérico. La efectividad vitalicia de Hernández luego del Juego de las Estrellas es 3.16, la misma que tiene ahora en los meses previos a ese evento, después de lo que ha hecho en esta temporada.
Hernández, ya con un Cy Young en el bolsillo (2010), ha hecho la primera tarea para emular a Johan Santana y conquistar el segundo. Ahora solo queda disfrutar el acto de cierre de un «Rey» que luce en la cúspide de su mandato.
Vía Líder en Deportes