
El ídolo brasileño Neymar da Silva Santos Júnior se encuentra ante una de las decisiones más cruciales de su carrera: arriesgar su físico jugando con molestias para salvar al Santos F.C. del temido descenso a la Serie B. El ‘Peixe’ atraviesa un momento dramático en la tabla, y la presencia de su máxima estrella en los últimos partidos de la temporada se ha convertido en una esperanza y una necesidad.
Neymar, que completó la última sesión de entrenamiento con el equipo, no está descartado para el vital encuentro de este viernes ante Sport Recife. A pesar de las evidentes molestias físicas, el jugador está demostrando su compromiso inquebrantable con el club que lo vio nacer. Su principal motivación es evitar lo que sería un hecho histórico y doloroso para la institución: la pérdida de la categoría.
La balanza entre el presente y el sueño mundialista
La situación es delicada, ya que Neymar, a sus 34 años, sueña con disputar su cuarto Mundial con la selección de Brasil en 2026. Cualquier lesión o complicación podría poner en riesgo esta ambición. La directiva del Santos, consciente de esta dualidad, ha optado por una postura de cautela y respeto a la decisión médica.
El presidente del club, Marcelo Teixeira, se desligó de cualquier presión sobre el ‘crack’, enfatizando que la evaluación recae únicamente en el cuerpo técnico y médico.
«No somos los dirigentes los que lo evalúan, eso está a cargo de los profesionales del club. Hay posibilidades, las expectativas son esas, y no exigimos ningún tipo de sacrificio, nada que perjudique al jugador o a Santos. Queremos tener jugadores preparados para una batalla como esa», afirmó Teixeira.
La expectativa es que Neymar participe en las prácticas previas al juego, permitiendo al staff seguir poniendo a prueba su estado físico y tomar una determinación final que priorice su salud a largo plazo, sin dejar de lado la urgencia deportiva.
Enfoque total en la salvación y contrato en segundo plano
Respecto a los rumores sobre una posible extensión de contrato, que finaliza en diciembre de 2025, Teixeira puso paños fríos y aseguró que no es la prioridad en este momento crítico.
«No hay ninguna dificultad de sentarse ahora con Neymar o con su representación, no pasa por jugar en Serie A o Serie B. El foco es Santos. Tenemos que afrontar tres batallas, necesitamos buenos resultados en los últimos tres juegos. Es importante que ganamos partidos de local y empatemos otros de visitante, estamos sumando puntos. Queremos salir lo más rápido posible de esta situación», explicó el presidente.
El mensaje es claro: la permanencia es la única obsesión. El futuro contractual de Neymar, y la trascendencia de jugar en la primera o segunda división, son secundarios ante la inmediatez de la crisis. El corazón y la voluntad del número 10 están en juego, y la afición espera un milagro en los pies de su hijo pródigo para escapar del abismo.
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