
El camino de la selección venezolana de fútbol masculino en 2025 concluyó con un sabor amargo. La Vinotinto no pudo tomar revancha ante Canadá en su segundo amistoso de la última doble fecha FIFA del año, cayendo con un marcador de 2-0 en un encuentro disputado en la ciudad de Miami, Estados Unidos. Este resultado no solo cerró el ciclo de partidos de exhibición, sino que también puso el punto final a un año catalogado como fatídico para el combinado nacional.
Errores puntuales y dominio canadiense
El equipo, dirigido de forma interina por Fernando Aristeguieta, mostró una versión menos competitiva que la exhibida días atrás en la derrota contra Australia. Frente a una selección de Canadá sólida, Venezuela se vio superada en varias facetas del juego y cometió fallos que resultaron costosos.
Los goles de la escuadra norteamericana, anotados por Ismael Koné y David Promise, fueron consecuencia directa de desajustes en la defensa venezolana. El primer tanto se originó tras un despeje fallido del defensor Nahuel Ferraresi, dejando el balón en una posición de privilegio para el remate de Koné al corazón del área. El segundo tanto fue un ejemplo de la velocidad y contundencia canadiense, con la defensa venezolana mal parada y sufriendo una letal transición ofensiva que culminó en el gol de Promise.
La falta de cohesión y la dificultad para generar oportunidades claras en ataque fueron evidentes, reflejando la necesidad de una reestructuración profunda en el equipo de cara a los próximos desafíos.
Un 2025 para el olvido
Con esta derrota, la selección venezolana masculina finaliza su calendario de partidos en un año que quedará marcado por la decepción. El punto más doloroso fue la eliminación de la Copa del Mundo en la última jornada de las eliminatorias, un golpe duro para una generación que aspiraba a hacer historia.
Este compromiso ante Canadá tuvo un significado especial, ya que fue el primer enfrentamiento entre ambos equipos desde la dolorosa eliminación de Venezuela en la Copa América 2025 a manos, precisamente, de los canadienses. La oportunidad de revancha deportiva se diluyó rápidamente, dejando la sensación de que el equipo aún no supera el impacto de esos fracasos recientes.
La incertidumbre en el banquillo
Añadiendo más interrogantes al futuro de la Vinotinto, la dirigencia de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) aún no ha hecho público el nombre del sucesor de Fernando Batista como director técnico. Aristeguieta ha ejercido el rol de forma temporal, pero la urgencia de nombrar a un estratega en propiedad es imperiosa para comenzar la planificación del próximo ciclo de eliminatorias y la Copa América 2027.
La afición venezolana, aunque siempre fiel, espera claridad y decisiones firmes por parte de la FVF para devolver a la selección al camino de la competitividad y la ilusión. El 2026 debe ser el año de la reconstrucción y la planificación estratégica si se quiere aspirar a metas ambiciosas en el futuro.
La Vinotinto se va a un receso con más dudas que certezas, esperando que el inicio del próximo año traiga consigo el anuncio del nuevo líder que guíe al equipo a superar el difícil capítulo de 2025.
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