
Entre estrenos y quejas, el centro se desborda de compras Maracaibo
Maracaibo, 18 de diciembre de 2025 El espíritu festivo, una mezcla de ingenio zuliano y la ineludible búsqueda de ofertas, ha catapultado al casco Central de Maracaibo a un estado de ebullición comercial, tal como lo señala Noticia al día
Este jueves 18 de diciembre, el corazón de la ciudad pulsa a un ritmo frenético, desbordado por miles de compradores que se lanzan a la cacería de los tradicionales estrenos y los insumos para la cena navideña.
Desde las primeras horas de la mañana, el área se ha transformado en un hervidero humano, donde el característico «corre-corre» y el bullicio indetenible son la banda sonora de la Navidad. Puntos neurálgicos como los centros comerciales Gran Bazar, Cima y Ciudad Chinita registran una afluencia masiva, pero es el icónico Callejón de los Pobres el que se lleva la corona del abarrotamiento total. Los pasillos, virtualmente intransitables, son un mosaico de carteras llenas y caras de concentración, tal como constató el equipo de Noticia al Día en un recorrido matutino.
Dos realidades bajo el sol decembrino
La multitud que transita el centro no es monolítica; en sus rostros se reflejan dos realidades económicas profundamente contrastantes. Por un lado, está la alegría tangible de quienes logran adquirir sus prendas nuevas, un acto de resistencia cultural que se niega a morir. Por otro, se percibe la preocupación y la frustración de aquellos que miden cada céntimo, lidiando con una inflación que devora los presupuestos.
«Estoy en El Callejón comprando de todo un poquito, de lo que se puede: ropa, comida y todavía organizando el arbolito. Los preparativos van superbién; mientras haya vida y salud, todo está perfecto,» comentó una compradora anónima, encapsulando el optimismo y el esfuerzo que caracterizan al marabino.
Esta dualidad se manifiesta en la dinámica de compra. El ingenio del zuliano se impone como la herramienta principal para estirar el presupuesto, obligando a los consumidores a una maratón de comparación de precios, caminando de local en local en busca del equilibrio perfecto entre calidad y costo asequible.
La odisea del Dólar y el Bolivar
El desafío más grande para el bolsillo lo representa el manejo de la doble moneda en los comercios. En los pasillos, los precios parecen tener dos caras, una en bolívares y otra en dólares, forzando al comprador a ser un contable improvisado.
Albany Moraín, una compradora entrevistada por Noticia al Día, resaltó el escollo económico que esto representa. «El problema es que siempre nos dan un precio en divisa y otro en bolívares. Los locales cobran a tasa oficial, pero a veces incrementan el costo en dólares y eso es lo que nos afecta. Es un malabarismo diario», afirmó.
A pesar de las quejas sobre el incremento en los costos en divisa, la prioridad de mantener la tradición en la mesa se mantiene inquebrantable. Moraín, orgullosa, confirma el éxito en la misión culinaria: «Pero seguimos adelante; ya compramos para hacer nuestras hallacas y el pasticho; ya tenemos los ingredientes en nuestros hogares. La Navidad no se detiene.»
La jornada de compras en Maracaibo se extiende hasta bien entrada la noche, con comerciantes y compradores por igual agotados, pero impulsados por la determinación de que, a pesar de las dificultades económicas, la tradición de estrenar y compartir en familia prevalecerá una vez más en la mesa zuliana.
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