
La vida comercial en la ciudad capital se desarrolló ayer entre dos polos.
En la mañana, casi todos los comercios que van desde Petare hasta Boleíta prestaban servicio. El transporte público operaba con normalidad. En los centros comerciales había algunas tiendas cerradas, pero los servicios de farmacia y comida seguían abiertos.
A medida que uno se acercaba a Chacaíto, el transporte público se dificultaba y los comercios permanecían cerrados. En el centro y parte del oeste parecía más bien un domingo: muy pocos comercios estaban abiertos, por las calles transitaban pocos vehículos y apenas había transeúntes.
Los supermercados que tenían productos de la cesta básica estaban repletos de clientes, sin importar la zona de la ciudad. En algunos de ellos se observaron largas colas para comprar principalmente leche, pollo y harina.
Bulevar intermitente. La escena comercial en el bulevar que conecta Plaza Venezuela y Chacaíto, puntos de encuentro de los oficialistas (de rojo) y los opositores (de blanco), mostraba una tendencia: la intermitencia de sus negocios.
Si una zapatería estaba abierta, el negocio que vende telas justo a su lado estaba cerrado. Algunos de los que optaron por abrir mantenían sus santamarías a medio camino, para tomar previsiones rápido en caso de que “algo” sucediera. El panorama era similar en al inicio de la avenida Francisco de Miranda, en Chacao.
El centro comercial City Market y el Centro de la Economía Comunal, en el corazón del bulevar, no abrieron.
Los informales aprovecharon para vender gorras del tricolor nacional en Bs 200 y Bs 170; banderas grandes a Bs 300 y pequeñas en Bs 200, máscaras del movimiento de hackers Anonymous en Bs 200 y pitos de Bs 5 y Bs 20.
Vía Últimas Noticias




