
Crisis aérea: 8.000 pasajeros afectados por suspensión de vuelos en Venezuela
La Asociación Venezolana de Agencias de Viajes y Turismo (Avavit) ha emitido una alarma pública sobre la grave afectación que la reciente suspensión de vuelos internacionales está causando a miles de ciudadanos. La representante gremial, cuya identidad se reserva por seguridad, detalló que la cancelación de rutas aéreas impacta directamente a cerca de 8.000 pasajeros semanalmente, lo que representa una crisis de conectividad sin precedentes para el país.
Según Avavit, los destinos más perjudicados por esta medida incluyen importantes hubs en Europa, Colombia, Brasil y Turquía, afectando no solo el turismo, sino también viajes esenciales de negocios, reunificación familiar y tratamientos médicos. «Estamos ante un golpe durísimo a la movilidad de los venezolanos. La industria está paralizada y la incertidumbre es total,» afirmó la vocera de la Asociación.
Avavit confirmó que se mantiene en contacto constante con sus afiliados y operadores turísticos para ofrecer el máximo apoyo posible a los viajeros afectados, buscando alternativas de reubicación y reprogramación de itinerarios, una tarea que se vuelve exponencialmente más difícil ante la falta de claridad oficial sobre la duración de la suspensión y las condiciones para el restablecimiento de las operaciones.
Contexto: Escalada militar y tensión geopolítica
La suspensión de la actividad aérea comercial internacional se produce en un entorno de creciente tensión geopolítica en la región, la cual ha sido calificada como la causa subyacente de la medida.
La Administración de Washington ha justificado un reciente despliegue militar en aguas del Caribe, cercanas a Venezuela, bajo el argumento de intensificar la lucha contra el narcotráfico. Este despliegue incluyó, en agosto, tres buques de guerra y unos 4.000 efectivos. Más recientemente, la situación escaló con la llegada del USS Gerald R. Ford, catalogado como el portaaviones más grande del mundo, a la zona de operaciones del Caribe.
El Gobierno venezolano ha reaccionado a este movimiento, calificándolo como una amenaza a su soberanía y un acto de agresión. Las autoridades venezolanas han denunciado que, desde el 2 de septiembre, se han registrado 22 ataques contra embarcaciones en la zona marítima, alegando que estos incidentes, que han dejado al menos 83 personas fallecidas, constituyen «actos armados y letales violatorios de los derechos humanos» y del derecho internacional.
En respuesta a la presencia militar extranjera, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) activó y desplegó todo su sistema de armas en una fase superior del denominado Plan Independencia 200, dedicado a garantizar la seguridad integral y la defensa territorial del país.
Rechazo internacional y petición de paz
Diversos gobiernos y organismos regionales e internacionales han manifestado su profunda preocupación y rechazo al despliegue militar estadounidense. Múltiples voces han exigido públicamente que se respete la histórica declaración de América Latina y el Caribe como una «Zona de Paz», y han llamado a la desescalada de las tensiones para evitar un conflicto regional.
Analistas internacionales, aunque reconocen la narrativa de la lucha contra el narcotráfico, señalan que el contexto de las suspensiones aéreas y el despliegue militar se enmarca en una estrategia de presión política destinada a generar cambios en el panorama de gobierno venezolano.
Mientras el Gobierno venezolano defiende su espacio aéreo y soberanía al amparo del derecho internacional, el sector aéreo y de turismo, representado por Avavit, clama por una pronta solución que priorice la movilidad y los derechos de los miles de pasajeros que quedan varados cada semana, pidiendo que la crisis política y militar no se traduzca en un castigo directo a la población civil.
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