
La República de Cuba utilizó la tribuna de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para emitir una enérgica condena contra lo que calificó como la creciente hostilidad, políticas neocoloniales y la sostenida presión militar ejercida por la administración de los Estados Unidos en detrimento de la estabilidad y soberanía de la República Bolivariana de Venezuela.
En el contexto del 80.° período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, el embajador cubano, Ernesto Soberón, elevó una voz de alerta ante la comunidad internacional respecto al reciente despliegue de tropas militares estadounidenses en el mar Caribe. El diplomático citó, además, las recurrentes amenazas, incluyendo la posibilidad de un bloqueo naval, que han sido manifestadas por figuras políticas de alto nivel en Washington, como el expresidente Donald Trump.
El delegado cubano hizo hincapié en que estas maniobras militares y declaraciones amenazantes constituyen una flagrante violación de los principios fundamentales del Derecho Internacional. Subrayó que el verdadero trasfondo de estas acciones coercitivas es el interés geoestratégico de potencias extranjeras por controlar y apropiarse de las vastas riquezas y recursos naturales que posee la nación suramericana.
El Embajador Soberón fue específico al denunciar el uso de tácticas no convencionales dirigidas a desestabilizar el país. Detalló el empleo sistemático de operaciones psicológicas y la ocurrencia de incursiones no autorizadas en el espacio aéreo venezolano como herramientas clave utilizadas para socavar la legitimidad y estabilidad del Gobierno constitucional de Nicolás Maduro. En este marco, Cuba reafirmó su apoyo «incondicional» al Ejecutivo venezolano frente a las agresiones externas.
«Estas acciones no solo vulneran el Derecho Internacional, sino que tienen como trasfondo el interés de controlar las riquezas naturales del país sudamericano,» afirmó el diplomático cubano.
La denuncia cubana se inscribe en una postura regional que exige el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados. Cuba ha sido históricamente una defensora de la paz y la soberanía en la región, posicionándose consistentemente contra las políticas de sanciones y las amenazas militares que buscan alterar el orden constitucional en Latinoamérica.
Ampliando su perspectiva, el diplomático cubano aprovechó la plataforma de la ONU para recordar que el colonialismo representa una deuda histórica y pendiente que la comunidad mundial debe saldar. Hizo un llamado enfático a garantizar compensaciones justas y adecuadas para las naciones del Caribe y África, pueblos que sufrieron directamente el legado de explotación y subdesarrollo impuesto por el yugo colonial. Con esta declaración, Cuba vincula la defensa de Venezuela con una lucha histórica más amplia por la justicia económica y la reparación histórica a nivel global.
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