Vivimos en la era de la tecnología, eso es una realidad. Nuestros hábitos y nuestras formas de interrelación con nuestros semejantes han cambiado y mejorado gracias al progreso técnico. Nuestro día a día es más sencillo ya que ahorramos tiempo y dinero en la realización de tareas, las cuales cuando requerían de nuestra presencia física resultaban tediosas. A cambio de todas estas ventajas en relación con la red de redes, surge una controversia acerca de la seguridad de nuestros datos personales que se encuentran alojados en Internet.
Lo primordial sería que esos datos privados estén salvaguardados para que nadie pueda hacer un uso fraudulento de ellos, pero esto no siempre ocurre así en muchas zonas del planeta, en especial en América Latina donde se producen el mayor número de estas malas praxis.
La Ciberseguridad en esta región del globo presenta mayores problemas, y es que según un reciente informe realizado por Kapersky, durante los primeros seis meses del año 2017 se produjeron la friolera de 677 millones de ataques informáticos, con el trastorno que eso conlleva para los usuarios a los que sus datos se han visto comprometidos. Si acotamos más aún el intervalo temporal, la cifra de un ataque cada 33 segundos es más escalofriante si cabe, valiéndonos para incidir más en la gravedad del problema.
Estos ciberdelicuentes con sus actuaciones quieren sacar el máximo beneficio posible. Es por ello que dos sectores o dos tipos de empresas son las preferidas para realizar estos ataques: las entidades financieras y las casas de juego online. En ambas, el botín de obtener la documentación bancaria y personal de cualquier persona hace que los ladrones busquen con ahínco romper los sistemas de seguridad que estos entes poseen, y poder llevar a cabo la suplantación de identidad del afectado para obtener información relevante, tanto personal como bancaria. Esta es una de las prácticas ilícitas más usadas, también conocida como phishing.
Hay una segunda en discordia con menor recorrido, el cryptojacking. En ella, los malhechores buscan utilizar el ordenador de la persona afectada para la obtención de criptomonedas a través de la instalación de un malware o software malicioso en la computadora del usuario defraudado. Las monedas virtuales están a la orden del día y cada vez los ojos de los que buscan obtener beneficios a través de Internet se fijan en ellas, incluidos las que quieren defraudar con ellas a diferentes usuarios.
Si incidimos aún más en la zona donde radica ostensiblemente el conflicto, podemos observar que hay tres países que se llevan la palma de clientes afectados por estos ciberataques: Brasil (53%), México (17%) y Colombia (9%). Con lo que a tenor de estos datos, estas tres naciones copan casi la totalidad de estos incidentes en Latinoamérica.
Claro está que todas las empresas buscan aumentar al máximo la seguridad para limitar estos trastornos. El protocolo HTTPS sin duda es la gran baza para que las conexiones entre usuarios y empresas sean seguras y por consiguiente todos los datos estén a buen recaudo, pero sin duda todos los usuarios debemos de ser precavidos a la hora de compartir nuestros datos a través de internet, ya que la seguridad total no existe ni existirá.