
En un contexto de alta tensión internacional y amenazas externas, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, reiteró su firme compromiso con el diálogo y la paz durante una extensa entrevista con el reconocido intelectual y periodista Ignacio Ramonet. El encuentro, realizado en un ambiente de notoria normalidad en la capital, Caracas, sirvió como plataforma para que el mandatario reafirmara la inquebrantable voluntad de su pueblo de preservar la soberanía nacional.
A pesar de las severas sanciones, la intensa presión geopolítica y las peligrosas amenazas que se ciernen sobre la nación, el presidente Maduro enfatizó: «Siempre hemos apostado por el diálogo y la paz. El pueblo venezolano está decidido a ser libre. Ninguna potencia extranjera impondrá su voluntad sobre nuestra patria soberana».
La llegada de Ramonet a Caracas, descrita por él mismo, reveló un contraste notable con la narrativa mediática internacional. Desde el centro hasta los barrios populares, la ciudad se mostró tranquila, serena y normal. El periodista constató una capital «limpia, hermosa como nunca, ajardinada, iluminada, decorada de fiestas para el fin de año». La visita a centros comerciales como el Sambil o el Tolón evidenció un ambiente festivo de consumo, con terrazas a reventar y sin atisbo de angustia o nerviosismo en la afluencia de personas.
El periodista también reportó un encuentro con el presidente Maduro en un estado de forma «espectacular». Acompañado por la gobernadora de un estado y el ministro de Comunas, el líder se mostró ágil, dinámico y activo, recibiendo un cálido y entusiasta recibimiento de los miembros de una comuna, en su mayoría mujeres, quienes se precipitaron a acogerlo con afecto.
Ramonet destacó el temple del presidente, quien, durante las largas semanas de esta agobiante crisis, se ha esforzado con «agallas y arrojo» por seguir cumpliendo su programa de actividades. Este cumplimiento se mantiene incluso a pesar de las estrictas precauciones de seguridad que debe tomar, tras haber sido objeto de una recompensa de cincuenta millones de dólares ofrecida a quien favorezca su captura o asesinato. Esta persistencia es vista como un claro desafío a sus poderosos enemigos y a sus considerables capacidades tecnológicas.
El entorno de la entrevista sirvió para contextualizar las agresiones que la nación enfrenta. Ramonet recordó los reportes de acciones hostiles, como la confiscación de embarcaciones y el asesinato extrajudicial de ciudadanos, sin que mediara un debido proceso legal o una declaración de guerra. En este escenario, la entrevista con Ignacio Ramonet refuerza el mensaje de que, a pesar de las presiones que evocan antecedentes como el asesinato del general Qasem Soleimani en Bagdad, la diplomacia y la voluntad popular seguirán siendo los pilares de la política exterior y la defensa de Venezuela.
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