
En 2009 el sudafricano Neil Blomkamp sorprendió al mundo con su increíble de ciencia ficción futurista “Distrito 9” en el que hacía una alegoría satírica al conflicto del Apartheid pero proyectado en una sociedad futurista, los desplazados eran ahora criaturas extraterrestres que luchaban por su mientras sufrían una severa dictadura militarrepresiva, la crítica y el público lo aplaudió de manera unánime, siendo merecedor de múltiples galardones internacionales entre los cuales se encontraron cuatro nominaciones al premio de la academia incluyendo la flamante categoría de mejor película, su director incluso fue catalogado formalmente por la sociedad de críticos de cine de Chicago como el “Cineasta más prometedor del año”.
Acto seguido Hollywood le acomodaría una silla , le ofrecería un fajo de dólares y le propondría hacer un producto similar aderezado con estrellas de la meca, las negociaciones se concretaron y los nuevos fanáticos del director esperábamos un film rebelde aún dentro de los cánones del control de contenidos que suelen imponer los grandes estudios, lamentablemente Elysium es un relato domesticado, cargado de rebeldía y un argumento superficial apenas sostenidos por personajes planos y un andamiaje convencional apegado a la receta de los tres actos del cine de aventuras enlatado.
La historia nos ubica en un futuro apocalíptico en el que las clases altas han construido una mega ciudad mas allá de las fronteras de la tierra, tal nave es gobernada por fríos empresarios que no temen recibir hostilmente a aquel inmigrante que clandestinamente intente ocupar un lugar en el privilegiado hábitat en el que hay , entre otras bondades, a la más avanzada capaz de curar un cáncer en fase terminal mediante un sencillo escaneo. Max es un rebelde interpretado por Matt Damon que tras una situación de vida o muerte se ve obligado a arriesgar su pellejo para cruzar la frontera intergaláctica, en su estarán todos los con los que se puede armar un culebrón de medio , el fiel amigo sacrificado, el viejo compañero de andanzas con poderosos interestelares, un antiguo amor platónico cuya hija también padece una enfermedad terminal y una ambiciosa líder (terrible interpretación de Jodie Foster) que ansía el control de la privilegiada fortaleza mediante un golpe de estado .
Queda la mesa servida para uno de los culebrones más predecibles del año, un cine que usa la rebeldía contra la opresión para fabricar un cuento pre diseñado de autoayuda, el equivalente cinematográfico a un hipster comiendo en Mc Donald’s vestido con calzados converse y una camiseta del Che Guevara. A otro perro con ese hueso.
Agencias



