Cada vez está más claro que los neandertales no eran tan rudos y torpes como sugiere su imagen popular.
Una investigación con participación española acaba de revelar que las capacidades intelectuales de esta especie humana extinguida eran tan sofisticadas que incluso ingerían plantas medicinales, de las cuales conocía sus cualidades curativas.
El estudio, liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad de York (Reino Unido), con la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha obtenido la primera prueba molecular de los conocimientos ‘farmacéuticos’ de los neandertales.
De esta manera, la concepción que se tenía de esta especie hermana del ‘Homo sapiens’ se va transformando. Hasta hace poco se pensaba que los neandertales eran predominantemente carnívoros, pero multitud de estudios han demostrado que su dieta es más completa y variada, incluyendo plantas.
Este estudio, en el que han participado investigadores de España, Reino Unido y Australia, ha analizado el material incrustado en diez muestras de cálculos dentales de cinco neanderthales de la cueva de El Sidrón, en Asturias.
Estos cálculos (placa dental calcificada), permiten analizar los restos de sarro que acumulan las partículas de los alimentos ingeridos por los neandertales.
Las piezas dentales han permitido hallar la primera prueba molecular de que uno de los individuos de esta especie tomó dos tipos de plantas medicinales: alquilea y camomila. Por tanto, el estudio sugiere que ya en aquellos tiempos, los neandertales podían ingerir plantas medicinales, como la manzanilla, tan popular entre los humanos de hoy.
El elemento más sorprendente es que el individuo que las ingeríaconocía su valor medicinal y curativo. «Si al tomar la planta, el neandertal notaba el gusto amargo y no recibía ningún aporte nutritivo, tenía que saber sus cualidades medicinales», explica Antonio Rosas, director de la investigación sobre fósiles humanos de El Sidrón y miembro del CSIC, a ELMUNDO.es.
A esta conclusión se ha llegado tras la identificación hace tres años del gen neandertal que les dotaba de capacidad para percibir la amargura.
Complejidad del neandertal
Todos estos hallazgos van acabando poco a poco con la idea de la simpleza de los neandertales. A raíz de las investigaciones de los últimos años, se ha ido constatado su sofisticación.
Elaboraba rituales, atendían a sus enfermos y eran capaces de discernir entre el valor nutritivo de las comidas y sus componentes curativos. Una concepción mucho más compleja de este individuo.
«La idea tradicional del neandertal como un ser simple, bruto ha quedado desterrada en el mundo científico, aunque queda aún un poso en la sociedad», señala Rosas.
Karen Hardy, investigadora en la Universidad Autónoma de Barcelona y profesora honoraria de la Universidad de York ha incidido, en declaraciones a ELMUNDO.es, en la idea de esa mayor complejidad de los neandertales: «conocían bien su entorno y se aprovechaban de las plantas, distinguiendo entre ellas las plantas medicinales».Todos estos descubrimientos hacen pensar que aún quedan numerosos aspectos por conocer de los neandertales.
«Queda mucho por descubrir para poder entender esta sofisticada especie, en que radican las similitudes con el ser humano y también las diferencias», señala Antonio Rosas.Además, la investigación con cálculos dentales abre posibilidades mucho más amplias en el análisis de la dieta de los neandertales. Estas piezas permiten «encontrar solamente cosas ingeridas», señala Hardy, lo que hace mucho más fiables las pruebas.
Señales de humo
El estudio no solo se limita a avances en la dieta del neandertal. El propio análisis de la dentadura de los individuos ha permitido hallar señales de humo, que indican el uso extensivo del fuego por parte de esta especie para cocinar o simplemente calentarse.
También han encontrado restos de bitumen, lo que señala el trabajo de estos individuos con petróleo en cuevas cercanas.Los resultados, que se publica esta semana en la revista ‘Naturwissenschaften-The Science of Nature’, suponen un nuevo paso para profundizar en el conocimiento sobre esta especie.
Un conocimiento que cada poco tiempo aporta datos novedosos, algo a lo que han contribuido los trabajos de este grupo en El Sidrón, la cueva que contiene la mejor colección de neandertales de la Península Ibérica y uno de los yacimientos arqueológicos más activos del mundo.
El estudio, que ha contado con el apoyo de la Consejería de Cultura del principado de Asturias, ha permitido identificar restos antiguos de bacterias que pueden aportar luz en futuros estudios sobre la salud dental de los neandertales, un hallazgo que permitirá seguir ahondando en esta desconocida especie.
Las ‘sorpresas’ del neandertal puede que no acaben aquí.
El Mundo.es