Peng Weiqing, de 48 años, ha vivido desde los seis años dentro de una jaula en la casa de su madre en la ciudad de Zhengzhou, capital de la provincia central china de Henan. Lo que para muchos es una cruel e inhumana manera de tratar a su único hijo, tiene una explicación para Peng Waimei, de 80 años, «protegerle».
Weiqing era un bebé cuando una fiebre muy alta le provocó daños cerebrales, que generaron en graves ataques epilépticos. Ante el temor de que se hiciera daño y la falta de recursos económicos para pagar un tratamiento, el matrimonio decidió construir la jaula, que fue agrandando a medida que el niño crecía, en la que ha pasado toda su vida.
Waimei y su difunto alimentaban a su hijo a través de los barrotes
La madre hizo pública esta historia, porque ya es una persona mayor y se le dificulta cuidarlo, por lo que pide ayuda apara que alguien lo atienda cuando ella ya no esté.
Agencias