
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP) emitió un contundente comunicado este domingo 21 de diciembre, calificando como “robo, secuestro y piratería” la reciente confiscación de un segundo buque cargado con crudo venezolano por parte de las autoridades de Estados Unidos.
Denuncia de violaciones al Derecho Internacional
El organismo regional condenó lo que considera una agresión directa a la soberanía y al comercio legítimo. En su misiva, la ALBA-TCP denunció que la tripulación del navío ha sido “privada ilegítimamente de su libertad”, estableciendo un precedente que califican de «gravísimo» para el sistema internacional.
“Se trata de una estrategia supremacista de dominación neocolonial que busca sustituir las normas internacionales por la intimidación y el despojo”, reza el comunicado, en el cual la alianza ratifica su respaldo total a las acciones legales que emprenda el Ejecutivo de Nicolás Maduro.
El origen del conflicto: El tanquero «Centuries»
La escalada de tensión se agudizó el sábado 20 de diciembre, cuando la secretaria de Seguridad Nacional de EE. UU., Kristi Noem, informó la captura del buque Centuries (de bandera panameña). Según la Casa Blanca:
El buque operaba bajo una «bandera falsa».
Formaba parte de la denominada «flota fantasma» de Venezuela.
Su objetivo era comercializar crudo sancionado para financiar actividades ilícitas.
Pese a que el Centuries no figuraba originalmente en las listas de sanciones, la administración estadounidense justificó la medida al confirmar que transportaba crudo de la estatal Pdvsa.
Escalada naval en el Caribe
Este incidente se suma a la incautación del buque Skipper el pasado 10 de diciembre. Tras estos eventos, el presidente Donald Trump decretó un bloqueo total a navíos vinculados con el Gobierno venezolano, bajo acusaciones de narcotráfico.
De acuerdo con reportes de medios estadounidenses, la situación se mantiene en desarrollo, ya que este domingo se reportó una operación en curso para interceptar un tercer petrolero en aguas del Mar Caribe.
Respuesta de Caracas
Por su parte, Nicolás Maduro ha tildado estas acciones de «piratería de corsarios». El mandatario aseguró que el país suma 25 semanas enfrentando una campaña de «agresión y terrorismo psicológico» que ahora ha pasado a la fase de asalto físico de activos energéticos en alta mar.
La ALBA-TCP exigió el cese inmediato de estas prácticas y la determinación de responsabilidades internacionales por lo que consideran un ataque a la seguridad de todas las naciones de la región.
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