Un increíble y horrible suceso ha ocurrido esta semana en la localidad brasileña de Curitiba. Un conductor atropelló a un ciclista y circuló hasta seis kilómetros con el cadáver del hombre incrustado en su parabrisas. Su estado de embriaguez era tal que un motorista que iba delante de él tuvo que parar el coche, ya que el conductor no se enteraba de nada.
La situación provocó que un montón de curiosos se apeasen de sus coches para comprobar el estado del atropellado, que ya estaba muerto. La policía no tardó nada en llegar y detuvieron al conductor que se tambaleaba por la borrachera. Finalmente fue acusado de homicidio involuntario.
Información El Correo