Sigue la crisis migratoria en el continente europeo, esta vez el Gobierno de Malta afirmó hoy que trabaja para dar una solución al barco de la ONG alemana Lifeline, que espera desde hace cinco días en el Mediterráneo con unos 230 migrantes a bordo, y pidió a la Unión Europea (UE) que asuma un reparto de responsabilidades.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha informado en un comunicado que después de hablar por teléfono con su homólogo maltés, Joseph Muscat, han acordado que atraque en Malta y que el barco sea sometido a una investigación para comprobar si lleva la bandera holandesa de acuerdo con las normativas internacionales y respeta las reglas del equipaje a bordo.
“El primer ministro de Malta (Joseph Muscat) ha pasado las últimas 48 horas realizando un esfuerzo diplomático para tratar de encontrar una solución para el caso del barco de Lifeline”, afirmó el Gobierno maltés en un comunicado.
Una situación que, según el Gobierno de Malta, fue causada por las acciones del capitán del barco de Lifeline “que ignoró las instrucciones dadas, de acuerdo con las reglas internacionales, por las autoridades italianas”, cuando estas les indicaron que no intervinieran en el salvamento porque lo haría la Guardia Costera de Libia.
La nota oficial explicó que los esfuerzos que está realizando Malta tienen dos objetivos: por un lado, “prevenir una escalada hacia una crisis humanitaria mediante el reparto de responsabilidades por parte de Estados miembros dispuestos a hacerlo” y, por otro, “llevar a cabo investigaciones y explorar acciones que puedan tomarse con respecto a las actuaciones del buque”.
El barco de la ONG Lifeline permanece en el Mediterráneo desde el pasado 21 de junio cuando salvó a dos centenares de personas que navegaban en situación de peligro hacia Europa.
Se llega así a una solución para los migrantes a bordo del buque, a quienes el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, llamó “carne humana” y tachó de “desgraciados” a la oenegé porque, según dijo, no obedecieron las órdenes de los guardacostas italianos y libios al participar en el rescate.
Agencias