
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ejecutaron un nuevo «ataque cinético» en aguas internacionales del Caribe, resultando en la muerte de tres personas a bordo de una presunta narcolancha. El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, confirmó la operación y elevó el tono de la advertencia a los grupos criminales.
Hegseth, a través de la red social X, justificó la acción al afirmar que la embarcación estaba operada por una “Organización Terrorista Designada”. En un mensaje sin precedentes, el jefe de la defensa estadounidense emitió una amenaza directa:
«A todos los narcoterroristas que amenazan nuestra patria: si quieren seguir vivos, dejen de traficar drogas. Si siguen traficando drogas mortales, los mataremos.»
Balance de Víctimas y Controversia Legal
Con este último incidente, las operaciones lanzadas por el Gobierno de Donald Trump a principios de septiembre en el Caribe y el Pacífico Oriental han destruido un total de 18 naves (17 lanchas y un semisumergible), elevando el saldo de víctimas fatales a al menos 69 personas.
La escalada militar ha generado fuertes críticas de expertos internacionales, quienes han advertido que estas acciones equivalen a “ejecuciones extrajudiciales”, a pesar de estar dirigidas a traficantes conocidos.
El debate se intensifica debido a que, hasta la fecha, Washington no ha publicado evidencia que demuestre que sus objetivos representaban una amenaza directa a la seguridad del país, o que las víctimas estuvieran efectivamente vinculadas al narcoterrorismo.
Despliegue de Alto Nivel en la Región
La política de confrontación se respalda con un significativo despliegue militar en el Caribe, que incluye seis barcos de la Marina, el envío de aviones furtivos F-35 a Puerto Rico y la presencia del grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford en la región, cerca de las costas de Venezuela.
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