Trump ordenó ayer al jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, que presentara las demandas de Washington a Teherán para que pueda forjarse un nuevo acuerdo nuclear. Una intervención que dio la sensación de estar más destinada a los líderes europeos que al presidente de Irán.
El secretario de Estado no sólo escogió la conservadora Fundación Heritage en Washington para su discurso sobre los 12 nuevos requisitos al régimen de los ayatolás, sino que también pareció parafrasear la retórica del presidente. «El acuerdo de Irán era de perdedores», indicó Pompeo. «Esto es sólo el principio. Las sanciones serán dolorosas. Serán las más fuertes de la historia», aseguró Pompeo en una intervención en la que no sólo aumentó sus demandas, sino que también advirtió a Teherán de que cualquier nuevo pacto incluiría el cese de todo enriquecimiento de uranio y del apoyo a grupos terroristas en la región.
Un cambio sustancial respecto al acuerdo rubricado por su predecesor, el presidente Barack Obama, en 2015, que permite a Irán el enriquecimiento de uranio bajo una serie de circunstancias muy delimitadas.
Entre la docena de exigencias que ayer desgranó el secretario de Estado Pompeo, destacan la retirada iraní de todas sus fuerzas en Siria, el fin del apoyo que presta a Hizbulá en Líbano -incluido en las listas de grupos terroristas de Estados Unidos-, el cese del envío de armas a Yemen, la liberación de todos los ciudadanos estadounidenses y que también concluya sus amenazas de destruir a Israel.
Unas imposiciones que se añaden al anuncio de Trump de que volverá a aplicar castigos económicos sobre Irán y compañías de otros países que mantengan sus negocios con Teherán.
El presidente de Irán fue la primera autoridad del país en responder. «El mundo no va a aceptar que América decida por él. Los países tienen su autonomía, no aceptan esta lógica», respondió el jefe del ejecutivo de corte pragmático y y defensor de mantener intacto el acuerdo nuclear del cual Estados Unidos se retiró a principios de este mes.
«¿Quién eres tú para decidir por Irán y por el mundo?», espetó Rohani al flamante jefe de la política exterior estadounidense, durante una cena de ruptura del ayuno con académicos universitarios, según la agencia laboralista ILNA. «Un hombre que hasta hace pocos días trabajaba de espía ahora va de diplomático, y quiere tomar decisiones en el lugar de otros», ironizó el presidente, en palabras que recordaron a las que ha vertido reiteradamente sobre el propio presidente Donald Trump, tildándolo de «inexperto», informa Lluís Miquel Hurtado desde Teherán.
Para Rohani, las palabras del secretario de Estado de Trump suenan a añejas. «El Gobierno que ha alcanzado el poder en Estados Unidos ha echado atrás 15 años de la noche a la mañana, volviendo a la época de Bush hijo y repitiendo sus palabras de 2003 y 2004», dijo. «La nación iraní no atiende a las amenazas de Pompeo porque han escuchado una retórica similar muchas veces antes. Continuaremos unidos».
El pronunciamiento de Pompeo se produce dos semanas después de que el presidente Trump anunciase la retirada de Estados Unidos del acuerdo, una de las promesas de campaña del republicano. Una vez valorada la reacción de Irán, queda esperar la de los líderes europeos, que servirá para medir la fortaleza de los lazos entre las capitales europeas.
Los jefes de Estado de la Unión Europea han dado instrucciones a sus representantes diplomáticos de explorar diferentes vías para mantener el acuerdo nuclear con el régimen de los ayatolás sin Washington. Esto supondría un desafío a la amenaza de Trump de sancionar a las empresas que operen en territorio iraní y entre las que se contarían firmas europeas.
Vía El Mundo