El envenenamiento de un exespía ruso en Inglaterra del que Rusia se negó a dar explicaciones fue el motivo por el que la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, expulsó a 23 diplomáticos rusos del país.
«Muchos de nosotros miramos a la Rusia postsoviética con esperanza. Queríamos una mejor relación y es trágico que el presidente Putin haya elegido actuar así», dijo May en el Parlmento británico.
La mandataria cataloga como »un uso ilegal de la fuerza por parte del Estado ruso contra el Reino Unido» el caso del envenenamiento y anunció que su Gobierno doblegará el número de controles a ciudadanos rusos que viajen al Reino Unido.
Recordemos que hace varias horas fue hallado muerto en su casa de Londres el exiliado ruso, Nikolai Glushkovy May ha señalado a Rusia como la principal responsable del envenenamiento del exespía.
El Ministerio de Exteriores ruso ha dicho que tomará represalias por las medidas anunciadas por May, que considera «una flagrante provocación». «El Gobierno británico ha elegido la confrontación con Rusia», ha señalado el Ministerio en un comunicado, refiriéndose a la expulsión de los 23 diplomáticos. «Nuestra respuesta no tardará», ha agregado.
Por su parte, la embajada rusa en Londres condenó las medidas de May. «Consideramos que esta acción hostil es totalmente inaceptable, injustificada y miope. Toda la responsabilidad del deterioro de las relaciones entre Rusia y el Reino Unido recae en el liderazgo político actual de Reino Unido», expresó la embajada a través de un comunicado de prensa.
Cientos de agentes y militares siguen trabajando en Salisbury a fin de investigar los hechos e identificar a los responsables del ataque.
Vía Globovisión / Diario República