
García Ortiz dimite tras condena por revelación de datos
El panorama judicial y político español ha sido sacudido por la renuncia del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, apenas unas horas después de que se hiciera pública la sentencia del Tribunal Supremo que lo condena a dos años de inhabilitación por un delito de revelación de datos reservados. García Ortiz presentó su dimisión formal al ministro de Justicia, Félix Bolaños, cerrando así un capítulo de intensa polémica que ha polarizado al Gobierno y a la oposición.
La condena del Supremo, adelantada la semana pasada y confirmada hoy por fuentes de la Fiscalía a EFE, se fundamenta en la filtración de información confidencial relativa a la causa que se sigue contra el empresario Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por un presunto delito fiscal.
Detalles de la sentencia y consecuencias
El fallo del Alto Tribunal no solo inhabilita a García Ortiz para el ejercicio de su cargo, sino que también le impone una sanción económica significativa. Deberá pagar una indemnización de 10.000 euros a González Amador por daños morales, además de afrontar las costas procesales del juicio, incluyendo las de la acusación particular ejercida por el empresario.
Es notable que la decisión judicial no fue unánime. El fallo incluyó el voto particular discrepante de dos de los siete magistrados que conformaron la sala de enjuiciamiento, un detalle que subraya la división de opiniones en torno a la interpretación de los hechos y la aplicación de la ley en este caso.
Fiscal General de España dimite tras condena por el Supremo
Durante el proceso judicial, García Ortiz mantuvo firmemente su inocencia. Negó rotundamente haber sido la fuente de la filtración a la prensa de un correo electrónico crucial del abogado de González Amador, donde este último reconocía en nombre de su cliente la comisión de dos delitos fiscales con el fin de negociar un acuerdo con la Fiscalía. Esta negación fue respaldada por las declaraciones de los periodistas que testificaron en el juicio, quienes también desvincularon al Fiscal General como su fuente de información.
La sentencia ha generado un profundo cisma en la esfera política. Desde el Gobierno de Pedro Sánchez y los partidos que lo sustentan en el Congreso, se emitieron duras críticas contra la decisión del Supremo, insistiendo en la inocencia de García Ortiz. El propio presidente Sánchez, en su primera reacción pública ayer domingo, manifestó que mantiene su confianza en la honestidad del fiscal saliente y expresó su desacuerdo con la condena.
En el flanco de la oposición, tanto el Partido Popular (PP) como la formación de ultraderecha Vox, han aplaudido la sentencia, considerándola una confirmación de las presuntas irregularidades y una victoria de la justicia. La dimisión de García Ortiz, por tanto, es vista por la oposición como una consecuencia necesaria de la condena y un revés para el Ejecutivo.
El Tribunal Supremo aún debe hacer públicos los argumentos jurídicos detallados de su fallo, un documento que se espera con gran expectación para comprender a fondo los fundamentos de la inhabilitación y la condena por revelación de secretos. La renuncia de García Ortiz abre ahora un proceso para la designación de un nuevo Fiscal General del Estado, una decisión que, sin duda, se tomará bajo una intensa lupa de escrutinio político y mediático.
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