Un libro que aboga por el castigo físico de los niños para educarlos se vende como pan caliente entre los cristianos evangélicos, pero la muerte de tres chicos ha provocado un profundo rechazo.
Los instrumentos pueden variar. Para un niño menor de un año, se recomienda una rama espigada o una regla de 30 centímetros. Para niños mayores, una rama más grande o un cinturón.
Pero el objetivo de los azotes descritos en la obra de Michael y Debi Pearl «To train up a Child» (publicado en español con el título «Cómo educar a tu hijo») es el mismo: hacer que los menores se sometan totalmente a la voluntad de sus padres.
«La educación es el condicionamiento de la mente del niño antes de que surja la crisis; es la preparación para una obediencia futura instantánea e incuestionable», se lee en un pasaje del primer capítulo del libro.
La «formación» debe empezar pronto y anticiparse a la necesidad de un castigo. Pero si el niño ya es rebelde, se les dice a los padres que «utilicen la fuerza necesaria para mantenerlo a raya».
«Si Ud. se tiene que sentar sobre él y darle unos azotes, no lo dude. Y manténgalo así hasta que se rinda… derrótelo completamente»
Hannah (nombre figurado) creció en una comunidad de Bautistas Fundamentales Independientes en el noroeste del estado de Florida, Estados Unidos. Sus padres obtuvieron copias de obras de los Pearl cuando ella tenía alrededor de nueve años y su hermana, siete.
Las nalgadas empezaron poco después y continuaron durante al menos ocho años. En los primeros cinco años, solía ocurrir varias veces al día.
Una vez, cuando la joven tenía 14 ó 15 años, su padre oyó que Hannah se había involucrado en una pelea con un niño en la iglesia.
«Honestamente, todavía no estoy segura de cuál era la acusación, pero mi padre se puso como loco porque, sea lo que sea que oyó, era atroz», le cuenta a la BBC.
El hombre utilizó reglas o varas de madera del jardín para golpearla rompiendo como unas cinco durante la golpiza. Su madre tenía decenas de ellas en casa porque se rompían muy a menudo.
Agencias