
La venezolana Ana Acuña denunció a través de un hilo temático en su cuenta de Twitter que la empresa en la que actualmente labora como empleada no continuó con el pago de sus actividades en la misma. Acuña relató al medio El Pitazo que tras haber recibido su permiso de trabajo en España comenzó a buscar empleo, hasta que logró emplearse en Clínicas DH. «Realicé actividades de recepcionista, asistente, técnico de láser, auxiliar y todo lo que hiciera falta. Cubriendo yo sola el puesto que antes era de dos o tres personas», denunció en un tuit.
La venezolana expuso que desde que comenzó a trabajar con la clínica especializada en medicina estética en septiembre del 2018, hubo retrasos en los pagos de su salario. Y alega: «Desde el principio han demorado en pagar, cada mes hubo retrasos, no recuerdo ninguno que haya cobrado cuando correspondía hacerlo», relató.
El retraso en los pagos ocasionó que Ana no pudiera pagar el alquiler, servicios ni gastos personales, viéndose en la necesidad de pedirle apoyo a su prima, quien reside junto a ella.
«Tenía que pagar recargos por retraso en las facturas. En el caso del alquiler, le pedía a mi prima que pusiera mi parte y cuando me pagaban yo se lo reponía», cuenta al medio venezolano.
Falta de respuestas y amenazas por parte de la clínica
La migrante aseguró que Clínicas DH ha amenazado a los empleados que intentan denunciar públicamente la situación que se vive dentro de la empresa. «Yo doy la cara porque no les tengo miedo y cuento mi historia para que sepan lo que nos está pasando», manifestó en la red.
Debido al constante estrés por la situación presentada dentro de la empresa, Ana comenzó a padecer de ataques de ansiedad, estrés y depresión.
«A mediados de noviembre de 2020 me otorgaron reposo puesto que comencé a tomar medicación por los ataques de ansiedad. Tenía mareos, vomitos y migrañas; al principio intenté trabajar así pero la situación se volvió insoportable».
Actualmente, la venezolana radicada en España se encuentra esperando que proceda una demanda impuesta contra la empresa para esclarecer su situación. «Hay un proceso judicial abierto, que no me permite contar más cosas, solo lo que aprueban mis abogados. Tenemos pruebas de todo, y hay más testimonios, anónimos de momento, porque les da miedo decir sus nombres», indicó Acuña.
Los internautas de Twitter han expresado su opinión ante la denuncia de la connacional, la mayoría en apoyo a que continúe con un proceso legal. «Si tú estás legal en España y tienes todo y tienes correos y mensajes con los dueños. Vaya y demandelos ahí hay ley y que protege al empleado. Haga valer sus derechos. No tenga miedo, los que van a tener miedo son los dueños después», expresó Marcando González en la red.
Por otro lado, otra usuaria, Gaby Castellanos comentó que «esto es un caso que se resuelve con abogados y ministerio de trabajo. La forma correcta es proceder de esa manera para que pueda recibir sus pagos y no le hagan, lo que le están haciendo: contrademandar».
Clínicas DH no ocultó su silencio y decidió manifestarse en sus redes sociales señalando que se trata de una «campaña de difamación» lanzada por Acuña. En su cuenta de Twitter, a través de un comunicado, aseguró el martes 26 de enero que «nunca se le ha explotado o vejado y que jamás se han vulnerado sus derechos, ni como inmigrante ni como trabajadora española».

La clínica especializada en medicina estética afirmó además haber encontrado unas «irregularidades que por estar en proceso judicial no podemos hacer públicas» subrayaron en un tuit con respecto a la denuncia y al proceso que interpuso la joven venezolana.
De momento, el caso se mantiene judicializado por las partes y las correspondientes competencias españolas.
Simón Sánchez
www.diariorepublica.com Cortesía de El Pitazo/Diario República



