
México está a punto de imponer aranceles de hasta el 50% a productos de países con los que no tiene acuerdos comerciales, una medida que afecta principalmente a las importaciones chinas. Esta decisión, que se espera sea aprobada, representa un nuevo golpe comercial para China, tras los ya recibidos por parte de Estados Unidos y la Unión Europea en 2025.
La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum defiende la medida como un paso para equilibrar la balanza comercial con China, que actualmente es muy favorable para el gigante asiático. El intercambio comercial es extremadamente desigual: México exporta unos $15 mil millones de dólares a China, mientras que importa cerca de $130 mil millones.
¿Una Apuesta por la Producción Nacional?
Otro objetivo, según el Gobierno, es impulsar el «Plan México», un proyecto clave para fortalecer la economía y la producción nacional. Sin embargo, expertos como Enrique Dussel Peters, profesor de la UNAM, advierten que esta medida no considera la profunda integración de las importaciones chinas en la cadena productiva mexicana.
«En los últimos 25 años, el aparato productivo mexicano ha sustituido masivamente importaciones de EE.UU. por chinas», explica Dussel Peters. Como ejemplo, menciona que un 7.5% del valor de un auto «Hecho en México» exportado a EE.UU. en 2020 era de origen chino (llantas, arneses, etc.).
El desafío de sustituir estos componentes no es «trivial» y la decisión ha sido “sorpresiva”, ya que no se ha discutido con partidos políticos, legisladores ni con el sector empresarial, critica Dussel Peters.
¿Presión de Estados Unidos?
La decisión de los aranceles surge poco antes de la renegociación del T-MEC, el tratado de libre comercio con EE.UU. y Canadá. La presidenta Sheinbaum niega que la medida responda a presiones de Washington, afirmando que es parte de un proyecto nacional. A pesar de esto, el Ministerio de Exteriores de China ha calificado la acción como una «coerción de otros para imponer restricciones».
Para Óscar Ocampo, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la razón principal es política: «Llegar a EE. UU. y decirle: ‘Me estoy poniendo duro con las importaciones procedentes de China'». En el conflicto comercial entre ambas potencias, México «apuesta correctamente por Estados Unidos», concluye.
¿Habrá Represalias?
Aunque China ha advertido que «protegerá con determinación» sus intereses, expertos como Carlos Javier Cabrera de la UNAM, consideran que el país asiático tiene poco margen para represalias debido al desequilibrio comercial.
Sin embargo, queda por ver si esta medida se convierte en un «tiro en el pie» para la producción mexicana, que depende en gran medida de los componentes y productos chinos.
Vía DW/Diario República.com



