Durante una visita a la sureña ciudad italiana de Nápoles, el papa Francisco denunció la corrupción política y exhortó a los criminales a arrepentirse.
El Papa visitó una zona marginada de la ciudad, conocida como bastión de varios clanes de la Camorra, la rama napolitana de la mafia.
Francisco invocó las lágrimas de las madres de Nápoles para rogar a los criminales a que se convirtieran hacia el amor y la justicia.
También instó a los residentes a resistir la organizaciones criminales que explotan a los débiles, a los pobres y a los jóvenes.
Nápoles está afectada por tasas crónicas de desempleo juvenil.
El año pasado, el Pontífice excomunicó a todos los mafiosos de la Iglesia Católica.
Vía BBC / www.diariorepublica.com