
La ejecución de un ciudadano mexicano en Texas se suspendió a último momento, mientras la Corte Suprema de Estados Unidos considera las apelaciones presentadas por sus abogados.
Édgar Tamayo, condenado a la pena de muerte por el asesinato de a un policía en 1994, debió haber sido ejecutado por inyección letal a la 18:00, hora local de Texas.
Tanto el gobierno de México como el de EE.UU. objetaron la aplicación de la pena.
La corresponsal de la BBC en Washington, Beth McLeod, indica que la disputa sobre el caso de Tamayo podría afectar el modo en que los ciudadanos estadounidenses son tratados en el exterior.
Así lo menifestó el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, quien pidió el atraso de la ejecución a raíz de las quejas del gobierno mexicano sobre el modo en que se trató a Tamayo tras su arresto.
México sostiene que al reo no se le informó sobre su derecho a la asistencia legal del consulado mexicano, que podría haber llevado a una sentencia menor.
La orden de ejecución se mantiene en efecto hasta la medianoche, hora local.
BBC